La idea de Francisco es que, sin perder de referencia el carisma de sus fundadores e insertas en una «red de estructuras análogas», sigan cumpliendo su «finalidad exclusivamente benéfica según los dictados de la doctrina social de la Iglesia».
En el mundo hay decenas de miles de obras de la Iglesia dedicadas a la salud, como los 5.192 hospitales, los 15.481 dispensarios o las 577 leproserías que recoge el último Anuario Estadístico de la Iglesia de Fides; muchas de ellas se encuentran en África e Iberoamérica, atendiendo a los más vulnerables entre los vulnerables.
En el mundo hay decenas de miles de obras de la Iglesia dedicadas a la salud, como los 5.192 hospitales, los 15.481 dispensarios o las 577 leproserías que recoge el último Anuario Estadístico de la Iglesia de Fides; muchas de ellas se encuentran en África e Iberoamérica, atendiendo a los más vulnerables entre los vulnerables.
Al garantizar su sostenibilidad y que estén abiertas a todos, sin caer en elitismos, estas obras seguirán presentes donde muchas veces no llegan ni la Administración ni la iniciativa privada. Y así, la Iglesia seguirá siendo una luz en medio del sufrimiento.