18 noviembre 2021

Año XVIII - Nº 1270

 

Eutanasia in extremis en Portugal

Editorial


Hemiciclo del Parlamento portugués E.E.

Portugal dio luz verde a la ley de la eutanasia la semana pasada, ocho meses después de que la anterior propuesta fuera tumbada por el Tribunal Constitucional, adonde fue remitida por las dudas que le suscitaba al presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa. 

Como ha denunciado la Comisión de Justicia y Paz lusa, la ley se ha tramitado con prisas en plena pandemia y, encima, llega en «contexto de crisis política que desvía la atención de la opinión pública», dado que el Parlamento ha sido disuelto y se han convocado elecciones para finales de enero por la imposibilidad de acordar presupuestos. Además, como en España, se ha regulado sin avanzar antes en cuidados paliativos.

Es dramático que las sociedades olviden que «la vida humana es inviolable e indisponible», en palabras del Grupo de Trabajo Interreligioso Religiones-Salud, y causa tristeza que este tema esté «sujeto a mayorías circunstanciales y a los intereses de los lobbies e ideologías». 

«El futuro de nuestras sociedades no está en el ofrecimiento de la muerte –asevera el grupo–, sino en la apuesta colectiva por un modelo de sociedad compasiva». 

Ahora, la pelota vuelve a estar en el tejado de Rebelo de Sousa.


17 noviembre 2021

¿Qué me pasa doctor?

José de Cora


Que lo atienda Pepón

El segundo apellido del actor Pepón Nieto es Sánchez y se le nota. El actor Pepón Nieto nace en San Pedro de Alcántara y no se le nota, porque el santo viaja en asno, es muy caritativo y habla de lo que sabe.

El actor Pepón Nieto reparte carnés de salud mental y ha decidido no darle uno a Díaz Ayuso. ¿Será porque arrasó a los suyos en Madrid? Va a ser que sí, porque la rabia pica más que la sarna y creen los indoctos que se cura frotándola con bilis, cuando es todo lo contrario. La bilis la excita todavía más y acabas por rascarte los ojos, a la espera de que cambie lo que tienes delante porque no te gusta.

Hay mucho Pepón y muchos papones, papanatas y papamoscas que repiten como papagayos las paparruchas de los paparazzis, dicho sea con todos mis respetos.

Por ejemplo, si Pepón habla mal de una mujer que es de derechas, las feminazis guardan un respetuoso silencio, tan escandaloso que llega a ser percibido por el oído humano. No es la soledad sonora de Juan Ramón Jiménez, sino el silencio sonoro de una impostura insoportable.

Si Cuba, además de convertirse en una narcodictadura eterna, ahoga con contundencia cualquier tipo de protesta, el silencio abarca ahora a papones y paponas, no vaya a ser que les tomen el número cambiado. La izquierda machaca lo que haga falta a las cubanas, hace abortar a las niñas violadas y reparte hambre a las venezolanas sin que a Montero _ ¿duerme bien, ministra? _ se le ocurra pensar que la igualdad no consiste en convertir un despacho en una guardería con sala de juegos para sus churumbeles y aledaños. Todo por la prole.

Volviendo a Pepón. La próxima vez que realice un diagnóstico sobre un personaje, sin analítica, ni consulta previa, no se fije tanto en su filiación política y recomiéndele, sea cual sea esta, que visite a un especialista, pues de lo contrario harán películas los psiquiatras y usted no podrá quejarse.

Los tres grandes errores de Casado

Cayetano González


Ya no está tan claro que el PP gane las próximas elecciones ni –mucho menos– que, aunque lo hiciera, pueda formar Gobierno.

Los ciudadanos que quieren echar a través de las urnas a Sánchez de la Moncloa, porque están convencidos de que es lo mejor para España, asisten atónitos al espectáculo que desde hace varias semanas está dando la dirección nacional del PP, por su enfrentamiento con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Es absolutamente incomprensible este conflicto en unos momentos en los que el PP tendría que estar sólo centrado en hacer oposición al peor Gobierno que ha tenido España, sólo comparable al de Zapatero, desde la Transición. Sólo se puede explicar tal torpeza desde la debilidad, los complejos, los temores, los celos y, en definitiva, la mediocridad.

¿Cómo es posible que se declare la guerra interna a quien a ojos de los ciudadanos de gran parte de España es un referente para hacer frente al Gobierno social-comunista? ¿Cómo se explica que quien sacó a Casado de pobre con sus resultados en Madrid, tras la debacle de Cataluña, sea ahora una pieza a batir para la dirección de su propio partido?

Hay dos cosas que los ciudadanos han castigado sin piedad en las urnas desde la Transición: la corrupción y las divisiones internas en los partidos. La lista de ejemplos es larga: desde la UCD, pasando por el PSOE de Felipe González, hasta UPyD y Ciudadanos. ¿Han pensado los actuales dirigentes del PP que algo similar les puede pasar si siguen por ese camino?

En su etapa de presidente del PP, Casado ha cometido tres grandes errores que han impactado, y de qué manera, en el electorado de centro-derecha.

El primero fue la defenestración como portavoz en el Congreso de Cayetana Álvarez de Toledo, a la que él mismo había nombrado. La comparación con su sucesora, Cuca Gamarra, es tremenda. 

El segundo, su discurso contra Vox, y especialmente contra Santiago Abascal, con motivo de la moción de censura presentada por este contra Pedro Sánchez. Un discurso inusitadamente duro, insultante en algunos momentos y con referencias personales de muy mal gusto contra quien fue su compañero de filas durante muchos años. Aquel día, como subrayó un Abascal muy tocado por la intervención de Casado, este había echado un jarro de agua fría sobre las expectativas de muchos ciudadanos que veían la urgencia de una alternativa al Gobierno de Sánchez, alternativa que pasaba y sigue pasando por el entendimiento entre el PP y Vox, dado que Ciudadanos está en el tanatorio político esperando su entierro.

El tercer gran error es el enfrentamiento con Ayuso, en el que Casado, por acción o por omisión, tiene su responsabilidad al, cuando menos, permitirlo. Nadie se cree que Teodoro García Egea vaya por libre en este asunto. Incluso si fuera verdad lo que desvela Cayetana en su entrevista de este domingo en El Mundo, cuando dice que Casado le reconoció haber entregado todo el poder a Teodoro, eso no libraría de culpa al presidente del PP, al consentir que se produzca un conflicto que le daña a él y a su partido.

Casado está en una encrucijada. Algunas encuestas –la última de Metroscopia– ya empiezan a apuntar algo que algunos venían temiendo desde hace semanas: no está tan claro que el PP gane las próximas elecciones ni –mucho menos– que, aunque lo hiciera, pueda formar Gobierno. Quedan dos años para las próximas elecciones generales, porque, salvo catástrofe de índole económica, no parece que Sánchez tenga intención de adelantarlas. Y la maquinaria de poder y propaganda de este Gobierno Frankenstein es muy potente.

O Casado reconduce la crisis interna que se ha generado en el partido por el control de Madrid, y se pone a trabajar en serio en la construcción de la alternativa del centro-derecha, o, tristemente, la posibilidad de que Sánchez pueda continuar a partir de 2023 otros cuatro años más en la Moncloa será algo más que una especulación. 

Lo malo es que eso no sería bueno para Casado, que en ese supuesto se tendría que ir, junto con Teodoro, a su casa. No, lo malo es que eso sería letal para España. Y los independentistas catalanes, el PNV y los herederos políticos de ETA, aplaudiendo con las orejas.

Histerias tragacionistas

Juan Manuel de Prada


Las terapias génicas experimentales que nos han inoculado no son vacunas.

La nueva histeria tragacionista consiste en reclamar la inoculación obligatoria de terapias génicas experimentales a toda la población, así como en exigir certificados que acrediten tal inoculación para poder acceder a transportes públicos, lugares de ocio e incluso al puesto de trabajo.

En este rincón de papel y tinta siempre hemos defendido que el bien común debe anteponerse a cualquier interés sectario o personal, mucho más cuando tal interés es crudamente crematístico o de control disciplinar. En este sentido, las vacunas constituyen un excelente instrumento en pro del bien común, pues protegen al vacunado, generando en él inmunidad frente a posibles contagios. 

No ocurre lo mismo con las terapias génicas experimentales, como demuestra un estudio que acaba de publicar la prestigiosa revista médica ‘The Lancet’ («Community transmission and viral load kinetics of the SARS-CoV-2 delta variant in vaccinated and unvaccinated individuals in the UK: a prospective, longitudinal, cohort study»), donde se reconoce sin ambages que el coronavirus se extiende también en «poblaciones con altas tasas de vacunación», incluso entre «personas totalmente vacunadas», quienes, además, cuando se contagian de nuevo, tienen una carga viral similar a la de las personas no vacunadas. Se agradece que una revista tan prestigiosa como ‘The Lancet’ reconozca paladinamente esta evidencia, que muchos hemos probado en nuestras propias carnes.

Y esto ocurre, pura y simplemente, porque las terapias génicas experimentales que nos han inoculado no son vacunas. De ahí que no inmunicen a los inoculados, de ahí que no eviten que los inoculados contagien; en todo caso, tal vez aminoren los efectos del contagio (lo que convierte a los inoculados en personas más peligrosas, pues al no enfermar prosiguen en sus hábitos normales y contagian más abundantemente). 

Por el momento, ignoramos si estas terapias génicas experimentales están provocando mutaciones en el virus. Sabemos con certeza, en cambio, que están provocando multitud de reacciones adversas, desde infartos fulminantes hasta miocarditis, trombosis, culebrilla, desarreglos menstruales, etcétera. Nadie, sin embargo, se hace cargo de estas numerosas reacciones adversas de las terapias génicas experimentales, ni los laboratorios que las fabrican, ni los estados que fuerzan su inoculación, ni los médicos que las administran, que sin embargo no las prescriben, para no incurrir en responsabilidades. 

Si todavía restase prensa libre en el mundo, se estarían denunciando tales prácticas, así como la ineficacia de las terapias génicas experimentales (¡sobre la que nos ha advertido el inventor de la técnica del ARN mensajero!); y se estaría investigando la proliferación de reacciones adversas.

Pero la prensa sistémica se halla al servicio de una estrategia biopolítica de control social. Por eso se dedica a azuzar las histerias tragacionistas y a enviscar a las sociedades, demonizando a quienes no están dispuestos a dimitir de la racionalidad.

La prosperidad compartida

Enrique Domínguez Martínez Campos
Coronel de Infantería DEM (R)


Carta abierta sobre Gibraltar XXVI 

Queridos amigos: 

El pasado 27 de septiembre más de un centenar de policías de 27 Estados de la UE –a dos policías por Estado–, se reunieron en La Línea para ver sobre el terreno el sistema tecnológico de inspección de personas a base de un pasillo biométrico implantado en la Verja que separa a aquella población de Gibraltar. 

Según dijeron, esta jornada, que se celebró en el Palacio de Congresos de La Línea, no tenía nada que ver con la futura relación entre Gibraltar y la UE, habida cuenta de que la misma estaba prevista antes de que se firmara el acuerdo-marco de Nochevieja. 

Pero es prueba de que la UE quiere prever cómo realizar el control de su espacio Schengen. Una de las formas para que La Línea se vincule y se gibraltarice cada vez más con el Peñón, es que la empresa WISeKey, dedicada a la ciberseguridad, ha logrado que los alcaldes de Gibraltar y La Línea firmen dos memorandos para crear un “Centro de Excelencia de la Cuarta Revolución Industrial denominado LLG4IR”. 

Este Centro iniciará sus operaciones con el lanzamiento de satélites a finales de este año a cargo de aquella empresa y situará una estación terrestre en La Línea. “Desempeñará un papel fundamental en la mejora de las habilidades técnicas de la fuerza laboral regional, y aportará capacidades tecnológicas para la transformación digital de la región”, dijo Juan Franco, alcalde de La Línea. 

Picardo añadió que “estamos entusiasmados… acelerando la transformación digital en Gibraltar… para hacer nuevos negocios y modelos operativos”. 

El LLG4IR se conectará con el Centro de Excelencia de WISeKey de Ginebra y se coordinará con otros centros de todo el mundo. Y surge la pregunta: ¿La Línea tiene la capacidad autónoma para firmar con una colonia militar en suelo español un convenio de este tipo? 

¿Qué ventajas representará para La Línea ese convenio? 

¿Gibraltar cuenta ya con que La Línea forme parte de su ámbito territorial? 

¿Qué dice el gobierno español sobre este asunto? Me lo expliquen, por favor. Porque La Línea se convierte así, de facto, en un centro tecnológico al servicio de la colonia militar. ¿Es esto “la prosperidad compartida” tan deseada por este gobierno de España? 

Sobre este tema, el colaboracionista Miguel Ángel Yagüe escribió que es una noticia de “calado mundial”. Y se preguntaba: “¿Llega ya la ‘prosperidad compartida’?”. Añadía, quizás para que La Línea sea cuanto antes engullida por Gibraltar: “Los argumentos falsos que algunos sectores ‘patrioteros’ esgrimen para tratar de asfixiar a Gibraltar, demuestran falsedad. Y es que mucho patriotismo, mucho atacar a Gibraltar con el empuje que el Centro Financiero del Peñón o el Gibraltar World Trade Center pueden aportar… hacen obligado que se les miren (a los gibraltareños) con otros ojos más positivos huyendo del revanchismo y el enfrentamiento”. 

Uno de los comentarios a este artículo, el de un tal Tony, decía: “Siempre he pensado que La Línea debería unirse a Gibraltar…”. Esta es la idea general en los de Gibraltar y en no pocos linenses. ¿Por culpa de quiénes? Pregúntense por la política de España sobre Gibraltar en los últimos 46 años y encontrarán la respuesta. Como dice alguien: “El enemigo está dentro” (cuartel de Simancas a 21 de agosto de 1936). 

 Mientras, el Coronel de la Guardia Civil, jefe de la Comandancia de Cádiz, don Jesús Núñez, recordaba en Europa Sur que en 1941 el Director General de Seguridad ordenó al de la Guardia Civil que designara un Oficial, con residencia en La Línea, como “Jefe de la Frontera Sur”. Fue designado el Capitán don Odón Ojanguren Alonso. Su misión fue la de establecer allí la Seguridad del Estado. 

Así lo hizo hasta 1943. Es decir, se nombró a un jefe para defender una frontera y una zona concreta del territorio español. Es posible que, dadas las circunstancias actuales, no estaría mal hacer algo parecido en estos momentos de tanta incertidumbre sobre nuestra integridad territorial y marítima y tanto colaboracionismo, para que el Peñón deje de gibraltarizar La Línea y amplias zonas del Campo de Gibraltar. 

Otra colaboracionista, Soraya Fernández, corresponsal de Gibraltar en Algeciras, publicó en ABC una entrevista en la que el alcalde Picardo llegó a decir que Gibraltar es una colonia porque España lo quiere (¿?). 

Puede que este individuo se parezca a los fanáticos o lunáticos o esclavos de ciertas sectas que pululan por este mundo. Porque, además, añadió que si Gibraltar continúa en la lista de la ONU como territorio a descolonizar, es porque España lo pide, mientras que Gran Bretaña quiere que no esté en ella. ¿Le parece extraño? Pues a fastidiarse, amigo, porque Gibraltar es una colonia, le guste o no. 

Lo que no llego a entender del todo, es cómo ABC permite incluir en sus páginas una entrevista de esta periodista, muy conocida por sus afinidades con las tesis gibraltareñas, con objeto de dar máxima publicidad a las declaraciones antiespañolas del tal Picardo. 

Pocos días antes, el 21 de septiembre, Europa Sur comunicaba que “España pide a la UE que incluya a Frontex en el mandato sobre Gibraltar tras las críticas de Londres”. Y pidió que sean agentes de Frontex quienes ejerzan también el control del paso fronterizo en caso de que se retire la Verja, con objeto de que tome el control de la frontera exterior de la UE. Tema que no está recogido en el mandato de la Comisión Europea de julio pasado. 

Esta es la previsión, el estudio y el planteamiento de nuestra política exterior: llegar siempre tarde. En simultáneo con la espera del acuerdo, o no, entre la UE y GB, Noticias Gibraltar anunciaba que España y GB mantenían conversaciones bilaterales sobre Seguridad y Defensa. 

La última de estas reuniones se había celebrado en Madrid el 7 de septiembre debido a las nuevas circunstancias que pueden afectar a la colonia militar. ¿Cuáles? Sobre todo el hecho de la supervivencia de las instalaciones militares británicas en el Peñón, así como el coste de su mantenimiento, al poder verse afectadas por el mayor o menor tránsito de personas por la Verja. 

Es evidente que ese mayor o menor tránsito puede afectar de un modo u otro a la viabilidad de la base militar británica. Y eso depende en gran medida de las condiciones que imponga la UE a GB para que Gibraltar pueda pertenecer al espacio Schengen. A partir de ahí, el buenismo, el mirar para otro lado, o las facilidades que ha dado España para el paso por la Verja, es posible que no sean tales. Habrá más limitaciones. De modo que estas conversaciones bilaterales vaya usted a saber cómo acabarán. 

Entre tanto, Londres está contemplando una solución “no negociada” para Gibraltar si fracasan las negociaciones con la UE: “Es importante que hagamos preparativos en ese sentido”, dijo Wendy Morton en la Cámara de los Comunes. Porque, al parecer, el mandato de la Comisión Europea entra “directamente en conflicto” con lo acordado en Nochevieja. 

Ese mandato “socaba la soberanía de GB sobre Gibraltar y no puede ser la base de las negociaciones”, dijo Morton. También criticó que España pueda tener competencia para emitir visados para estancias en Gibraltar y permisos de residencia en el Peñón para nacionales de terceros países. Morton ha pedido a Bruselas “resolver lo que vemos como defectos en el borrador del mandato… lo que queremos es ver ahora que se moverán rápido”

Es decir, GB no se fía de la UE. Pero es que la UE tampoco se fía demasiado de GB. Algo que, en principio, puede favorecer a España. Aunque sea a través de la ineptitud de la política exterior española. Por cierto, demostrada por Pedro Sánchez en la ONU, cuando advirtió allí –ante el Pleno de la Asamblea General– que “la democracia está amenazada” y hay que defenderla “como única alternativa frente a cualquier deriva totalitaria, excluyente e intolerante”. 

Y no se mira a sí mismo con sus Decretos y Leyes. A este hombre habrá que levantarle una estatua como símbolo de la mentira o, quizás, del cinismo. Y encima aseguró que “no hay ninguna razón social, cultural, histórica o antropológica que justifique la mutilación de la libertad». Me quedo sin adjetivos para calificarlo. 

Preguntado por el tema de Gibraltar, dijo que espera que pronto se alcance un acuerdo entre la UE y GB. “Este acuerdo debe ser plenamente respetuoso con la doctrina de Naciones Unidas sobre dicho territorio (¡Que es España también!, añado yo) con la que España se alinea plenamente. Y respetuoso también con la posición jurídica de mi país con respecto a la soberanía y jurisdicción en relación al mismo”. 

Pero la realidad no coincide, ni por asomo, con esta declaración. El objetivo del actual gobierno social-comunista, es el de la “prosperidad compartida” entre Gibraltar y el Campo que lo rodea. Por tanto, ¿en qué quedamos? Se ha puesto por delante el carro a los bueyes. No se reclama lo esencial ante todo y sobre todo, y se anda con paños calientes con GB. Dejando que sea la UE la que decida qué hacer. 

¿Dejación de funciones, miedo, cobardía, irresponsabilidad? Ustedes mismos, queridos amigos. 

Un abrazo a todos.


Roche califica de “experimento” el Summorum pontificum de Benedicto XVI

Carlos Esteban


En declaraciones a TVSvizzera, el prefecto para para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el arzobispo Arthur Roche, ha dado públicamente la versión oficial sobre el motu proprio Traditionis custodes, que habría venido a cerrar el “experimento fracasado” emprendido por Benedicto XVI.

La cosa iría así: Benedicto XVI, en un intento de integrar plenamente en el rebaño católico a los miembros de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, crea la comisión Ecclesia Dei y promulga el motu proprio Summorum pontificum por el que se da libertad, sin necesidad de permiso previo, para la celebración de la Misa Tradicional.

Pero el “experimento”, nos dice Roche, que ha sucedido a su colega Robert Sarah al frente de la congregación para la liturgia, se demostró un fracaso solo catorce años después, por lo que Francisco se habría visto obligado a cancelarlo con su documento Traditionis custodes.

El nuevo motu proprio, en la visión de Roche, habría sido una vuelta a la normalidad, ya que el rito surgido del concilio es la forma “normal”, siendo esta “la voluntad del Papa y de la gran mayoría de los obispos católicos”, algo que debemos creer por fe ya que los resultados de la famosa encuesta nunca fueron publicados.

Roche se apunta al modelo ‘evolutivo’ de la verdad católica, sosteniendo que “lo que se produjo en 1570 [la ordenación del rito de la Misa por San Pío V] fue totalmente apropiado para la época. Lo que se produce en esta época también es totalmente apropiado para la época”.

Uno apostaría que a San Pío V le sorprendería enormemente saber que lo que estaba promulgando, y sobre lo que expresó su voluntad para que durase a perpetuidad, era simplemente hacer algo “apropiado para su época”

Para empezar a distinguir, Pío V no tenía ni conciencia ni intención de estar “innovando” en la liturgia, sino exactamente lo contrario: codificando la forma inveterada de la Santa Misa, expurgándola de novedades y añadidos que se habían incorporado en varios tiempos y lugares. No es algo que pueda afirmarse con el Novus Ordo, ni se ha pretendido hacerlo.

En cualquier caso, la explicación que hace Roche sobre las intenciones de Benedicto al promulgar su motu proprio están expresamente desmentidas por el propio Benedicto en varias ocasiones, incluyendo el propio Summorum pontificum, en el que aclara que la Misa Tradicional nunca ha sido abolida.

Sorprende, en cualquier caso, que la celebración de la Misa como se ha hecho durante tantos siglos preocupe tanto en aras de la unidad como para acabar con ella, cuando el caos litúrgico que puede observarse hoy asistiendo a Misa en parroquias al azar en el mundo muestra un panorama a miles de kilómetros de cualquier sentido de unidad.

Vuelos de ganso

Alfonso Ussía


Si los vehículos privados están en proyecto de prohibición, ¿por qué Sánchez no se traslada en bicicleta desde la Moncloa a Torrejón de Ardoz?

Rafael Castillo Caballero fue uno de los míticos comandantes de Iberia. Un sentido del humor extraordinario. Durante más de un año pilotó el DC-7 que cubría el Puente Aéreo entre Barcelona y Palma y viceversa. 

En un vuelo, Bartolomé March Servera, hijo de Juan March Ordinas, posó su puro habano sobre el cenicero del brazo del asiento y empezó a arder la tapicería. El extintor no funcionaba. El comandante Castillo ordenó que las mujeres se acomodaran en los asientos de cola, y a los hombres que apagaran el fuego miccionando. Él contribuyó:

-Acababa de ir al cuarto de baño en el aeropuerto, pero del miedo me salieron dos litros. 
El fuego se apagó. 

Decía que daba tantos saltos diarios Barcelona-Palma-Barcelona, que a veces olvidaba de qué aeropuerto se disponía a despegar.

–Descorría la cortinilla. Si había muchas parejas dándose besos o haciendo manitas, íbamos de Barcelona a Palma. Y si veía muchos cartones de ensaimadas, de Palma a Barcelona.

Cuando ascendió a comandante del DC-8, transoceánico, llevó entre los pasajeros a Ignacio Fierro Viña en un vuelo Madrid-Panamá. Ignacio era el más joven y trabajador de los hijos de don Ildefonso, fundador de la dinastía financiera. Y la madre de Ignacio acudió a despedirlo a Barajas y se tranquilizó cuando supo que Rafael Castillo, a quien conocía, era el comandante. Al saludarlo, le dio instrucciones.

–Rafael, por favor, vuela bajito y muy despacio.

Pedro Sánchez es un volador con experiencia. No desciende de las nubes. Unas nubes que resultan muy caras, en tiempos de crisis económica, a los contribuyentes españoles. Volar, también es del agrado de su esposa, la experta en la España Vaciada y las necesidades de las tribus de África, de sus hijas y de la pandilla de gorrones que se lleva, ora a Doñana, ora a La Mareta de Lanzarote. 

En los últimos días, según informa ABC, el ganso volador ha viajado en nuestro helicóptero Superpuma y nuestro Falcon para asistir a dos actos del PSOE, que no son actos oficiales. Usa el Superpuma para volar desde el palacio de la Moncloa a Torrejón, distantes uno del otro 25 kilómetros. El Superpuma retorna vacío a su base. Cuatro vuelos con el ganso y otros cuatro de vacío. 

Y en Torrejón, embarca en el Falcon que le transporta desde la Base Aérea a Valencia y Málaga, donde se han celebrado sendos congresos del PSOE. Cuatro vuelos con el ganso dentro y cuatro de vacío, que suman con los del Superpuma, dieciséis derroches en total. Moncloa afirma que se trata de «medidas por motivos de seguridad», y no colabora con la exigencia de información que le ha solicitado en dos ocasiones el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno de la Audiencia Nacional. No solo no colabora, sino que usa de la Abogacía del Estado para escudarse en su falta de información.

Coincidiendo con estas cursilerías y horteradas de chulo de bolera o salones de billar, una de sus ministras, Raquel Sánchez, de la que ignoro de qué es ministra y se confunde con otras, casi todas ellas bastante tontas, ha anunciado su proyecto estrella. «Hay que desarrollar un nuevo diseño en las ciudades que devuelva el espacio público a peatones y ciclistas y acabe con la dictadura que el vehículo privado ejerce en la vida diaria». 

Majadería dictatorial y comunista que bien podría haber salido de la calabaza que usa como cabeza el despoblado de mente, y también ministro, Alberto Garzón. Es decir, el ganso volando a reuniones privadas, y en tierra, todos a pie o montados en bicicleta, si bien parece que la señora ministra, acepta también las tablas rodantes y los patines sobre ruedas.

Si los vehículos privados están en proyecto de prohibición, ¿por qué Sánchez no se traslada en bicicleta desde la Moncloa a Torrejón de Ardoz?
Entiendo que serían muchas las bicicletas que le acompañarían por motivos de seguridad, un pelotón como los del «Tour» de Francia en etapas llanas, pero sería un acto de coherente consecuencia.

No obstante, mucho me temo que va a seguir derrochando queroseno «por motivos de seguridad». Este ganso nos sale más caro que un hijo golfo. Todo el día en el aire, a costa de los españoles y, para colmo, arruinando a España. Huye de los abucheos de la calle. Supremo caradura, y dramático cobarde, miedoso, pávido, canguilón y gallináceo, por ganso que aparente, escrito sea con la mayor cordialidad.


Juan Pablo III o Juan XXIV

P. Santiago Martín FM


El Papa Francisco va a cumplir 85 años el mes que viene, pero goza de buena salud y, por lo tanto, todo parece indicar que su pontificado durará todavía muchos años. 

Sin embargo, más por la edad que por otra cosa, no cesan las especulaciones sobre qué tipo de vicario de Cristo necesitaría la Iglesia cuando el actual Pontífice ya no la dirija. 

No hace mucho, en plan de broma, Francisco dijo que le gustaría que su sucesor se llamara Juan XXIV, es decir alguien que quizá convocara un concilio Vaticano III. Este deseo del Papa, totalmente legítimo, iría avalado por el hecho de que la mayoría de los cardenales electores han sido nombrados por él y, lógicamente, esa mayoría aumentará según pase el tiempo.

Hace un año George Weigel, el mejor biógrafo de Juan Pablo II, escribió un libro titulado “El próximo Papa”. En él, este reconocido analista de las cuestiones eclesiales, se atreve a aventurar que, tras Francisco, habrá una reacción conservadora, incluso entre cardenales muy próximos al actual Pontífice y nombrados por él. 

Para Weigel, esta reacción se produciría por la calamitosa situación en que se encuentra la Iglesia, que va a ir a peor según pase el tiempo. Hay ya un estado de alarma entre muchos cardenales y obispos por lo que está pasando y esto, según Weigel, provocaría no un regreso al pasado, pero sí una vuelta a posiciones más conservadoras. Esta semana se han producido varios hechos que parecerían darle la razón al escritor norteamericano.

El cardenal Kasper, alemán y uno de los hombres de confianza de Francisco, ha vuelto a manifestarse de forma muy crítica con el Sínodo que lleva ya dos años celebrándose en su país. Dice que ese “camino sinodal” se ha convertido en una farsa y que los obispos se están transformando en una especie de empleados de alto nivel de una multinacional más que en sucesores de los apóstoles. 

La opinión de Kasper no es original, pues son muchos los que llevan diciendo lo mismo desde hace tiempo; lo importante es quién lo dice, pues se trata de ese teólogo, autor de una importante Cristología, al cual Francisco elogió nada más llegar al Pontificado. El lío alemán hay que frenarlo y hasta los progresistas como Kasper están asustados. ¿Podrá arreglar eso un Juan XXIV?

Otra voz que se ha dejado oír esta semana me ha llamado aún más la atención. Es la de monseñor Sánchez Sorondo, canciller de la Academia para las Ciencias y objeto de muchas críticas por los nombres por él elegidos para integrar esa academia, incluidos destacados pro abortistas. Pues bien, Sánchez Sorondo no ha dudado en afirmar que el peor virus que nos azota es el ateísmo de masa y la apostasía silenciosa. Esas palabras las podía haber dicho perfectamente un conservador, pero las ha dicho uno de los prelados más liberales del Vaticano.

Kasper y Sánchez Sorondo no son excepciones. El Instituto Austin ha dado a conocer esta semana un estudio sociológico sobre el clero de Estados Unidos. Sólo el 20 por 100 de los sacerdotes menores de 40 años -ordenados después del 2010- está de acuerdo con la línea de gobierno del Papa Francisco

Esa cifra va aumentando hasta llegar al 80 por 100 de aprobación entre los que tienen más de 70 años. Al menos en Estados Unidos, los sacerdotes jóvenes no están de acuerdo con lo que está pasando. Y no sólo eso, según este estudio un 21 por 100 de los sacerdotes mayores de 70 se declara homosexual, frente a un 5 por 100 de los más jóvenes. Los primeros consideran que la homosexualidad no siempre es pecado, mientras que los segundos la consideran pecado siempre.

¿Tendrá razón Weigel? Es posible que no, según los cálculos humanos. Pero si se equivocara en sus previsiones, el nuevo Papa estaría cada vez más lejos de sus sacerdotes y también de una parte importante de sus fieles. La alarma por lo que está pasando cunde ya en los más altos niveles de la Iglesia y esto es lo que puede propiciar el cambio.

16 noviembre 2021

Los impulsores del "Manifiesto Constitucionalista" defienden a Vox y apelan a una plataforma sin siglas

Pablo Planas


Jordi Canal, Eva Trias, Juan López Alegre y Paula Añó, en el Colegio de Periodistas de Cataluña. | Pablo Planas (Barcelona) 

Creen que los partidos constitucionalistas se deben unir para vencer al separatismo en Cataluña e impedir que condicione la gobernabilidad de España.

Nuevo manifiesto a favor de la unidad de España y en contra del separatismo promovido por un grupo de personalidades vinculadas en el pasado a Ciudadanos y al PP así como intelectuales entre los que se encuentran Francesc de Carreras, Ferran Toutain (ambos fundadores de Cs), el historiador Jordi Canal o el escritor Valentí Puig, entre otros. El texto apela a la unidad de los partidos constitucionalistas y en el último párrafo propone:

"Queremos, en las próximas elecciones municipales, autonómicas, generales y europeas ser parte activa de una confluencia política del mundo constitucionalista para presentar un único proyecto capaz de dar respuesta a los problemas reales de la sociedad catalana y derrotar en las urnas tanto al nacionalismo como al populismo. Necesitamos un proyecto político ganador. Es posible vencerles en las urnas".

Dos de las preguntas en la rueda de prensa han girado en torno a la presencia de Vox, partido que ha sido calificado por los dos periodistas que han planteado la cuestión como de "extrema derecha" y "populista". Juan López Alegre, exdiputado del PP en el parlamento catalán, ha sido el primero en contestar y ha dicho que "si hubiéramos querido contar con un partido de ultraderecha habríamos llamado a Junts per Catalunya (JxCat)" para acto seguido añadir que "Vox forma parte de las instituciones catalanas, sus miembros han jurado o prometido la Constitución y el Estatuto, no escrachean a nadie, no se dedican a acosar, señalar, insultar o llenar de mierda las casas de políticos o jueces y es una formación más moderada que los partidos que forman parte del gobierno catalán".

Pregunta inquisitorial a Canal

A consecuencia de esa respuesta, otro periodista ha preguntado al historiador Jordi Canal en tono inquisitorial si compartía ese diagnóstico. El profesor de la École des hautes études en sciences sociales de París experto en historia del carlismo y de Cataluña ha replicado que "nosotros proponemos una España liberal y democrática y me parece que cabe ahí, pero sería un error interpretar el manifiesto como si estuviera dirigida a los partidos políticos".

Para redondear la cuestión, otra de las impulsoras del manifiesto, Paula Añó, del Centro Libre de Arte y Cultura (Clac) ha formulado a los periodistas la siguiente pregunta: "¿Y qué opinamos de que mil militantes de la CUP decidan sobre los presupuestos de Cataluña que afectan a siete millones de personas?".

El decálogo del historiador

Antes del turno de preguntas, Jordi Canal ha definido en diez puntos la situación actual:
  • Cataluña es plural y no puede ser gobernada como si toda Cataluña fuera independentista.
  • Cataluña está fracturada a causa del proceso separatista y necesitamos recoser esta sociedad.
  • Cataluña está sumida en la decadencia y el desprestigio.
  • Cataluña está sometida a un régimen nacionalista que es "totalista".
  • Los nacionalismos catalán y vasco son desleales al Estado y por mucho que digan que van a cambiar no cambian nunca. Han sido desleales desde la Transición.
  • No puede ser que sean los nacionalistas catalanes quienes condicionen la gobernabilidad de España, hay que revertir esta situación.
  • Vivimos en una época de populismo nacionalistas y de extrema izquierda.
  • Hay un uso y abuso de la lengua y de la historia. Cataluña no fue una nación en la Edad Media ni un Estado en la moderna. Se ha construido una historia ficción al servicio de la política. Cataluña es bilingüe y hay que cumplir las sentencias sobre el español en las escuelas.
  • En 2017 fuimos capaces de vencer al nacionalismo y romper la espiral del silencio. Debemos hacer lo mismo, no debemos callar nunca más.
  • El proceso continúa. Lo volverán a hacer, pero han aprendido de sus errores. Ya lo están haciendo, debemos estar alertas.
Para concluir su intervención inicial, Canal ha destacado que en Cataluña "necesitamos más España, más presencia del Estado" y ha propugnado "una gran plataforma de unión constitucionalista que no excluya a nadie".

Amenazas en primera persona

Después ha tomado la palabra Eva Trias, que ha sufrido junto a su marido notables muestras de hostilidad del separatismo por haber albergado a miembros de la Guardia Civil en su alojamiento turístico de La Escala durante el golpe de Estado independentista. 

Trias ha relatado las amenazas de muerte, los insultos, las pintadas, los carteles en inglés para ahuyentar a los turistas de su establecimiento, la recogida de firmas en su contra, la prohibición de entrar en determinados comercios y la gente que les grita por la calle cosas como que "todo tiene un precio". Nacionalismo en estado puro. Para ella es necesario que todos estos episodios no vuelvan a ocurrir.

Las ideas tienen consecuencias: el caso espectacular de la ideología de género

Josep Miró i Ardèvol


Con la ideología de género, la izquierda se ha puesto al servicio de los multimillonarios de la globalización, alianza que explica en buena medida su éxito y su hegemonía. 
Foto (contextual): Patrick Weissenberger / Unsplash.

Sí, las ideas tienen consecuencias y estas pueden ser buenas o malas. Hablar de ideas es una forma de simplificar el concepto. 

En realidad, hemos de referirnos a la cultura entendida como un conjunto de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, a una clase social, a una época. Esta cultura presenta unas ideas fuerza en cada momento histórico, que se imponen a las demás y consiguen la hegemonía. La Primera Guerra Mundial, tan trágica y sangrienta, difícilmente se hubiera producido si muchas de las poblaciones de los distintos países, entre ellos franceses, alemanes y británicos, no hubieran celebrado con insensata alegría la declaración del conflicto. Existía en el ambiente una cultura favorable a la guerra.

Que las ideas pueden modificar la realidad lo podemos constatar fácilmente acudiendo a Marx. Escribió un libro, El Capital, y conjuntamente con Engels publicó el Manifiesto comunista, que de rebote en rebote produjo la revolución rusa, que el propio Marx no preveía. De ahí surgieron la URSS y la Guerra Fría, y sus consecuencias cambiaron para mal la vida de millones de personas durante bastante más de medio siglo.

Y esto es así porque aquellas ideas construyen marcos de referencia dentro de los cuales adoptamos opiniones, formulamos criterios y tomamos decisiones, influidos por ellos y al mismo tiempo pensando que en realidad actuamos por cuenta propia. Este es el riesgo, sobre todo cuando en nuestro tiempo la capacidad del poder para influir sobre la gente es enorme. La privacidad ya no existe, los espectáculos, los juegos, las informaciones, todo puede estar concebido para condicionarnos. Las redes sociales proporcionan a sus magnates todo lo que necesitan para saber sobre nosotros mismos más de lo que nosotros sabemos.

Estas ideas fuerza son tan determinantes, que han dado paso a las llamadas batallas culturales. Es algo de nuestro siglo, pero ya fue en buena medida teorizado a principios del siglo XX desde una posición marxista por parte del dirigente del Partido Comunista Italiano Antonio Gramsci. Él refirió claramente que para conseguir el poder político es previo asegurar antes la hegemonía cultural, y para mantenerlo era necesario disponer de esta hegemonía.

Hoy todos los que nos gobiernan lo saben, y la progresía es quien de entre todos lo conoce y controla mejor. De ahí el lenguaje performativo y los llamados “estudios culturales” y los “estudios de género”, y la doctrina de la “cancelación”, la versión ideológica actual del viejo ostracismo, recurso ateniense para castigar a los adversarios. Todos son aparatos intelectuales que teorizan y aplican la dominación por medio de la hegemonía cultural.

Hoy, una de las ideologías dominantes que se han apoderado del aparato del estado es la llamada perspectiva de género.

La prosperidad de esta ideología responde a una confluencia insólita, una alianza objetiva entre el liberalismo cosmopolita de la globalización, el de las reducidas élites económicas con gran poder económico, también la industria del entretenimiento en todas sus facetas y la progresía, la post izquierda, que surge después del declive y práctica extinción del marxismo.

Para los primeros, la perspectiva de género ofrece la oportunidad de situar en segundo plano las causas de la desigualdad, las económicas, que además son estructurales, y sustituirlas por las desigualdades de género y de identidades de género. 

Los grupos LGBTIQ+ le han comido el territorio al feminismo radical en España, demostrando que quien corta el bacalao es quien tiene de su parte el poder del gobierno, y no una presencia más bien no muy numerosa en la calle. Aquella difuminación de las causas reales de la desigualdad es fantástica para el poder económico, como lo demuestra el Ministerio para la Igualdad, que carece de toda competencia en la materia.

Para el progresismo, la alianza le reporta que, una vez perdido el gran relato del marxismo, encuentra en la ideología de género un sucedáneo de utopía redentora que, como aquélla, termina en distopía destructora del ser humano.

Unos ganan en impunidad, en las consecuencias de su actividad económica, la desigualdad rampante, y la progresía queda bien, o eso cree, repartiendo unos cuantos “donuts” entre la población. Para la izquierda de género les permite suplir la redención marxista por la de género. De ahí la alianza objetiva, buscada y construida por la confluencia de intereses comunes.

El problema de la perspectiva de género es que es incompatible con la sociedad que hemos construido, basada en unos fundamentos de matriz cristiana, una cultura, que ya no una fe, de este tipo. Por eso bajo la dinámica actual el estado de derecho no tiene cabida, transformado en estado de leyes. Y los fundamentos del estado del bienestar y la productividad a largo plazo, todo aquello que nos permite vivir como vivimos, no pueden sostenerse. Si a esto se le suma la crisis ambiental y los costes de la transición ecológica, el panorama lo es todo menos bueno.

Pero existe una respuesta si los cristianos se ponen las pilas y la Iglesia en Europa alza la cabeza y asume su misión histórica. La de siempre.

Publicado en Forum Libertas.

Saber envejecer

Javier Gómez de Liaño
Abogado. Fue magistrado y vocal del CGPJ


«La vieja imagen de la vejez es vieja y valga la redundancia y abundan quienes siguen teniendo en la cabeza los rancios clichés de septuagenarios y octogenarios llenos de achaques y drásticamente disminuidos. No es así. Con la edad tal vez perdamos memoria y agilidad mental, pero nuestra visión del mundo cambia para expandirse. La edad jamás puede ser criterio de exclusión. La creatividad, la experiencia y la estabilidad tienen gran peso según avanza la vida»

Con rotundas y bellas palabras, Camilo José Cela, auténtico paradigma de fusión entre la vida y la literatura, dijo, recién cumplidos los 80 años, que sólo cuando se renuncia a ser joven la vejez se presenta y barre todas las ilusiones, noble idea que, varios siglos antes, Lope de Vega, que murió sin tan siquiera llegar a mayor, había expuesto en su Égloga piscatoria al proclamar que en los campos de la vida no hay más que una primavera. A la juventud no la domina el calendario, pese a su desbocado deshojar y la clave reside en el espíritu de cada cual.

Esta divagación viene a cuento de la pregunta que la semana pasada me hizo un gran amigo, ingeniero

de profesión, de cómo veía la situación de los viejos en España. La respuesta fue, a bote pronto, lo que pensaba y sigo pensando. Que un mal día quienes nos gobernaban acordaron declarar viejo por decreto al que aún no lo era y decidieron jubilarlo, mandarlo para casa y hasta humillarlo con esa cursilería de la ‘tercera edad’, al tiempo que le daban una modesta pensión a cambio de que sonriese.

¿Por qué el empeño de algunos en sostener que los mayores de 65 años son desecho de tienta por el simple hecho de que la partida de nacimiento acredite la condición de sesentón, setentón u ochentón? ¿Por qué siendo más longevos aceptamos que a los 60 o 65, que viene a ser igual, termine la productividad de una persona? No hay nada peor que el paternalismo de los políticos -no de todos- que encima creen que hay que darles las gracias por cuidar de los mayores, olvidando que lo más importante es el derecho a la dignidad.

La edad jamás puede ser criterio de exclusión. La creatividad, la experiencia y la estabilidad tienen gran peso según avanza la vida. ¿A quién se le ocurre que Mario Vargas Llosa tiene que dejar de escribir por haber cumplido 85 años? ¿O que Carmen Iglesias, de 79, ha de abandonar la dirección de la Real Academia de la Historia o el sillón E de la Real Academia Española? 

¿O que el doctor Valentín Fuster, de 78, y uno de los mejores médicos del mundo, no puede seguir dirigiendo el Instituto Cardiovascular del Hospital Monte Sinaí de Nueva York? ¿Acaso no recordamos los 91 años de Clint Eastwood, que acaba de estrenar ‘Cry Macho’, su última película? ¿Qué motivos existen para prescindir de alguien guiándose no más que por el Registro Civil?

Lo he dicho en alguna ocasión. Jubilar a los 70, incluso a los 72, a un catedrático de universidad, a un abogado del Estado o a un magistrado o fiscal, es un mayúsculo error. La valía jurídica de un juez, como la docente de un profesor, no puede medirse de forma tan pedestre. Fue Ihering el que escribió que para ser un buen jurista había que ser un gran escéptico y el escepticismo suele darlo la edad. Lo importante es ser o no ser útil. 

En el Tribunal Supremo norteamericano a sus miembros sólo los tumba la muerte o la declaración expresa de incapacidad. El actual presidente, John G. Roberts, nombrado en 2005 por Bush, tiene ahora 66 años. Bien conservado podría seguir en su cargo otros quince, lo que, por otra parte, es una sólida garantía de independencia e imparcialidad.

La vieja imagen de la vejez es vieja y valga la redundancia y abundan quienes siguen teniendo en la cabeza los rancios clichés de septuagenarios y octogenarios llenos de achaques y drásticamente disminuidos. No es así. Con la edad tal vez perdamos memoria y agilidad mental, pero nuestra visión del mundo cambia para expandirse. Un estudio de Harvard llega a la conclusión de que la gente cuando pasa de los 60 años, no sólo mejora la inteligencia, sino que también la felicidad aumenta. Un proverbio húngaro enseña que la vejez resta velocidad a las patas del caballo, pero no le impiden relinchar. Otro, alemán, que los árboles más viejos dan los frutos más dulces. 

La vejez pierde en fuerza y vitalidad lo que gana en autoridad, reflexión y buen juicio. Lo proclamó hace muchos años un romano sabio. Lo que sucede es que aquella sociedad a la que Cicerón dedicó su ‘De senectute’ nada tiene que ver con la de hoy en día, donde predomina el menosprecio por la vejez, tal vez porque ya no necesite de los saberes del anciano y prefiera los ordenadores. A los 80 años y no digamos a los 70 queda mucha vida por delante. 

Que el año pasado los ciudadanos españoles con 65 o más años sobrepasaran los nueve millones de personas y que más de dos millones superaran los 80 años y constituyesen el 4,6 por ciento del total de la población del país, es un logro social y cultural imponente.

El profesor Luis Rojas Marcos cuenta que en sus años de trabajo en la salud pública neoyorquina aprendió dos lecciones. La primera fue que para disfrutar de una vida completa, y evitar que la edad nos convierta en caricatura, hay que mantener constantemente activas las habilidades del cuerpo y las potencias del alma. 

La segunda, que resulta muy difícil aplicar la anterior sin antes vencer ciertos prejuicios adversos sobre la edad. Hoy, merced a los progresos de la ciencia médica y al auge de la educación, en muchas naciones, incluida España, cumplir 100 años en aceptable estado de salud ya no es un sobresaliente suceso de la naturaleza.

Llegar a viejo no es malo y nadie lo es tanto como para no pensar vivir otro año más. Todo es cuestión de sentido común. El peligro está cuando se aspira a más de lo razonable. Si yo hubiera ambicionado, por ejemplo, ser Balón de oro, Nobel de la Paz o premio Cervantes, lo más probable es que a estas alturas me sintiera bastante frustrado. 

Eso es lo que les pasa a muchos; que quieren ser obispos cuando el destino real, siendo generosos, no pasa de cura de su pueblo. Lo primero que el hombre necesita para envejecer es tener decoro, esto es, envejecer sin frivolidad y con los pies bien pegados al suelo.

En cierta ocasión Picasso escribió que «cuando se es joven de verdad, se es joven para toda la vida», cosa que repito cuando tengo oportunidad, pues me parece una sentencia luminosa. Por el camino inverso, cuando se es viejo, se es desde la adolescencia e incluso desde la niñez y hasta la muerte, aunque ésta asome a los treinta años. Todos hemos conocido jóvenes viejos, pero también septuagenarios, octogenarios y hasta nonagenarios gozosamente jóvenes y felices.

Tengo para mí que viejo es quien considera que su tarea está cumplida; el que se levanta sin metas y se acuesta sin esperanzas. Sigamos la senda del actor Anthony Hopkins que en una entrevista publicada en el ABC en diciembre de 2020 y realizada con motivo del estreno de la película ‘El padre’, de la que es protagonista, decía que la vejez le había ayudado a entender que siempre hay una forma más sencilla de hacer las cosas. «Me he vuelto sabio con la edad y ahora sé que no sé nada». «En este tiempo tan raro de coronavirus he aprendido a sacar partido a mis días: medito, toco el piano, leo, pinto y estoy en paz», apuntó el actor. A esto se llama saber envejecer, una obra maestra del arte de vivir.

Los provida a la cárcel, los gamberros al poder, los policías... escondidos

Eulogio López


Llegará un momento en que, por un lado, no se pueda decir nada y, por otro, los policías, acosados por los delincuentes y por los jueces, se inhiban en su función principal: proteger al débil del fuerte. Se conformarán con protegerse a sí mismos.

El rescatador de vidas humanas puede acabar en la cárcel mientras el gamberro podemita puede hacer lo que le venga en gana... y la policía tiene miedo a defenderse porque la ley está a favor del vándalo.

Sí, es para pensar en ambas noticias y ponerlas en relación: los provida castigados con penas de cárcel y los policías suplicando a su ministro, mister Marlaska, uno de nuestros peores ciudadanos, que no promulgue una ley que les pondrá a merced de los vándalos. ¡Grande sos, Sánchez!

Es una meme que circula por internet y que merece ser repasada. Porque, en efecto, el juego de comparar dos noticias, ciertas, ayuda a hacernos un idea de cómo van las cosas en España y, sobre todo, de por dónde van.

Primera noticia: si intentas salvar la vida del más inocente y más indefenso de todos los seres humanos, el concebido y no nacido, intentando ayudar a su madre tentada de matar a su hijo, puedes ir a la cárcel. Y pronto, al tiempo, iremos a la cárcel sólo por decir esto, porque, a la postre, el Nuevo Orden Mundial (NOM), lo políticamente correcto, no se conforma con silenciar al discrepante: quiere meterle entre rejas, no para que no pueda discrepar, sino para que no pueda ni opinar.

Al mismo tiempo, tras bramar contra la Ley de Seguridad Ciudadana, una norma del ministro Jorge Fernández que avanzaba, sólo un poquito, en la senda para acabar con la impunidad de la progresía y de que se hicieran mangas y capirotes a la policía... resulta que policías y guardias civiles tienen que advertir a su ministro, Fernando Grande-Marlaska, que la nueva ley lo único que hará es beneficiar al manifestante violento de extrema izquierda. Se lo están diciendo sus propios hombres, señor ministro.

Es decir que el rescatador de vidas humanas puede acabar en la cárcel mientras el gamberro podemita puede hacer lo que le venga en gana... y la policía tiene miedo a defenderse porque la ley está a favor del vándalo y le impide con severidad hasta la legítima defensa. El caso de Zaragoza resulta paradigmático.

Pues ya verán: con la cantidad de jueces podemitas que pululan por España llegará un momento en que los policías, acosados por delincuentes y magistrados, se inhibirán en su función principal: proteger al débil del fuerte. Se conformarán con protegerse a sí mismos: más bien esconderse de jueces y delincuentes.

Sí, es para pensar en ambas noticias y ponerlas en relación. ¡Grande sos, Sánchez!