18 noviembre 2021

Eutanasia in extremis en Portugal

Editorial


Hemiciclo del Parlamento portugués E.E.

Portugal dio luz verde a la ley de la eutanasia la semana pasada, ocho meses después de que la anterior propuesta fuera tumbada por el Tribunal Constitucional, adonde fue remitida por las dudas que le suscitaba al presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa. 

Como ha denunciado la Comisión de Justicia y Paz lusa, la ley se ha tramitado con prisas en plena pandemia y, encima, llega en «contexto de crisis política que desvía la atención de la opinión pública», dado que el Parlamento ha sido disuelto y se han convocado elecciones para finales de enero por la imposibilidad de acordar presupuestos. Además, como en España, se ha regulado sin avanzar antes en cuidados paliativos.

Es dramático que las sociedades olviden que «la vida humana es inviolable e indisponible», en palabras del Grupo de Trabajo Interreligioso Religiones-Salud, y causa tristeza que este tema esté «sujeto a mayorías circunstanciales y a los intereses de los lobbies e ideologías». 

«El futuro de nuestras sociedades no está en el ofrecimiento de la muerte –asevera el grupo–, sino en la apuesta colectiva por un modelo de sociedad compasiva». 

Ahora, la pelota vuelve a estar en el tejado de Rebelo de Sousa.