25 noviembre 2021

Año XVIII - Nº 1271

 

Democracia y virtudes; el discurso de Iván Redondo y la partitocracia

Editorial


Churchill dijo que la democracia es el menos malo de los sistemas políticos. Esta frase encierra un claro trasfondo en el sentido de que la democracia puede ser -es- en su práctica muy defectuosa. La cuestión es el por qué lo es y qué podemos hacer para evitarlo, porque la fractura de la democracia significa el hundimiento del sistema occidental de vida.

Hay una lectura posible, la más habitual, que encierra una gran parte de verdad: es la de la perspectiva institucional, el equilibrio entre instituciones, que el Ejecutivo no se convierta en un cesarismo como en España, que el Poder Judicial sea realmente independiente, que el sistema atienda a atraer y mantener a los mejores, que sea inclusivo y que no se den líneas rojas ni pretensiones de absolutismo moral que impidan el ejercicio de la libertad. Esto último es importante y vale la pena aclararlo.

Uno puede estar convencido de que posee la verdad y, en contra de lo que dice un determinada ontología liberal, esto no tiene nada de malo en sí mismo, como los propios liberales hacen cuando consideran que su sistema es el fin de la historia. El problema radica cuando este convencimiento se traduce en el menosprecio, la discriminación y la falta de respeto hacia el otro, y busca cancelarlo de la vida pública.

Para que una democracia sea buena y cumpla con sus finalidades necesita de las virtudes para funcionar

Las virtudes, para Alasdair MacIntyre, vendrían a ser esas cualidades necesarias para distinguir y realizar el bien y aplicar las normas, tanto en el ámbito de las prácticas como en el del florecimiento de las personas. Definir el florecimiento como máximo bien y los bienes relativos a él, sólo es posible con las virtudes (1981) MacIntyre, define la virtud como “aquellas disposiciones que no sólo mantienen las prácticas y nos permiten alcanzar los bienes internos a las prácticas, sino que nos sostendrán también en el tipo pertinente de búsqueda de lo bueno ayudándonos a vencer los riesgos, peligros y distracciones que encontremos."

Necesita de políticos, no en el sentido profesional del término, sino en cuanto a que son personas poseedores de determinadas virtudes generales y específicas, que sienten la vocación de ponerla en práctica mediante el servicio a su comunidad para construir el bien común.

Ser político significaba en la antigua Atenas disponer de los suficientes recursos éticos en forma de virtudes para acudir a la Asamblea y asumir el servicio que ella quisiera asignarte. Por esta razón, el calificativo de apolítico era un insulto terrible porque significaba que aquella persona no tenía ningún valor moral para aportar a su comunidad.

Como en toda profesión deben existir unas virtudes específicas porque son particularmente necesarias para la misma. Por ejemplo, en la política se presupone que la honestidad es una de estas condiciones necesarias. Su práctica no debería nacer de las leyes, siempre vulnerables, sino del corazón del hombre. El problema radica en que la virtud, para que pueda ser ejercida antes necesita ser enseñada y practicada por una comunidad que la reconozca.

Y ese es el problema, porque nuestra sociedad, desde la enseñanza de los niños hasta la edad más avanzada, ha olvidado reconocer y valorar las virtudes. Cuando existe un déficit de virtudes hay, sin duda, una responsabilidad personal en ello, siempre la hay, pero también significa que hay una quiebra profunda de aquella sociedad. Pensar que pueda existir una democracia que funcione bien sin personas virtuosas que se dediquen a ella es otro grave error de nuestra sociedad desvinculada.

La democracia funciona mal porque los hombres que viven en ella no son virtuosos, esto puede verificarse claramente en sus prácticas, y también en el tipo de, digamos, formación que reciben los jóvenes en las organizaciones de los partidos. La verdad es que nuestra política está plagada de vicios y la prueba de ello es la baja calificación que alcanzan sus instituciones y sus profesionales en todas las encuestas de opinión.

Solo hace falta leer los artículos y escuchar las intervenciones de Iván Redondo, el hasta hace poco gurú político de Sánchez, para constatar que la política, tal y como la conciben, y la ética de la virtud están en lados opuestos. Y lo peor es que el discurso de Redondo es comprado por muchos como un maitre a penser de la política.

Deberíamos tener la lucidez necesaria para asumir que vamos rodando por esta pendiente, la de la política como la entiende la partitocracia.

24 noviembre 2021

Obsesionados con Franco

Liberal Enfurruñada


El sábado fue 20 de noviembre, día en el que tres o cuatro nostálgicos recuerdan la muerte de Francisco Franco en 1975 y de José Antonio Primo de Rivera, asesinado por el bando rojo nada más empezar la guerra civil. 

Para la inmensa mayoría de españoles esa es una fecha que ya no recordamos porque han pasado casi 50 años de la muerte natural del que le ganó la guerra a los comunistas que intentaron convertir España en una coalición de repúblicas soviéticas leninistas, controladas por la URSS, y 85 años del asesinato por parte de la extrema izquierda revolucionaria de uno de los mayores ideólogos del anticomunismo español.

Del 20N ya sólo se acuerdan cuatro nostálgicos del franquismo y toda la inmensa extrema izquierda española, incluidos proetarras, secesionistas y golpistas que no son capaces de olvidar a las dos figuras que los derrotaron, uno ideológicamente y el otro militarmente, hecho este sin parangón en el resto del mundo.

Ya se celebran muy pocas misas en esa fecha. La Fundación Francisco Franco apenas ha logrado organizar este año once misas «en sufragio por el alma de Francisco Franco y todos los caídos por Dios y por España” y a ellas cada vez acude menos gente. 

Yo, que nunca he sido franquista, he vivido toda mi vida en democracia y habitualmente voy a misa, si me alojara en un hotel cercano a la Catedral de Granada y al día siguiente, domingo, tuviera otras obligaciones, perfectamente podría haber hecho como Pablo Casado y haberme metido con mi familia en la misa que se celebró a las 19:00 horas del sábado 20 de noviembre en la Capilla del Sagrario de la Catedral de Granada, sin acordarme de la fecha que era. 

Sólo que, a diferencia de Pablo, yo ni me habría salido antes de acabar ni por supuesto habría puesto ninguna excusa más allá de explicarle a los ultras de extrema izquierda obsesionados con Franco que los católicos vamos a misa y rezamos por todos los difuntos.

La iglesia española ya parece haberse olvidado, pero uno de los motivos por los que empezó la guerra civil fue porque la extrema izquierda revolucionaria los estaba masacrando a ellos, quemando sus iglesias, conventos y monasterios, asesinando y violando a curas y monjas. Entre el 10 y el 11 de mayo de 1931 un centenar de edificios religiosos fueron quemados en Madrid, Málaga, Sevilla, Cádiz, Córdoba, Murcia y Valencia. 

Durante el golpe de estado del PSOE de octubre de 1934, primer intento de llevar a cabo en España una revolución comunista, los rojos asesinaron a 34 sacerdotes y religiosos e incendiaron la Catedral de Oviedo, así como numerosos edificios religiosos. 

Se han identificado unas 7.000 víctimas religiosas asesinadas por los republicanos, de las cuales 13 eran obispos, más de 4.000 sacerdotes, más de 2.000 religiosos y casi 300 religiosas. Eso sin contar conque muchísimos asesinados por los rojos, por ejemplo, en Paracuellos, lo fueron sólo por ir a misa. Poco se acuerda ya de Franco la iglesia católica. Pocas misas son 11 para tanto como le deben.

Pedro Sánchez ha acercado al PSOE tanto a la extrema izquierda, que sus postulados ya no se distinguen de los de sus socios comunistas, proetarras, secesionistas y golpistas, todos obsesionados con Franco y volcados en demonizar todo lo logrado durante la Transición. El comodín de Franco lo mismo sirve para tapar la ruina económica a la que nos aboca su Gobierno, las colas del hambre, la pobreza energética, la inflación y el déficit desbocados; como para cubrir sus vergonzosos pactos con Bildu, el acercamiento y excarcelación de todos los etarras y hasta los indultos a los golpistas. 

Sí, Franco es la cortina de humo que tapa todas sus vergüenzas, pero no es sólo eso. El proyecto de ley de Memoria Democrática que están tramitando pretende impedir que artículos como éste puedan ser publicados para que la gente olvide que Franco les ganó la guerra que empezaron ellos. 

Pues si quieren memoria habrá que esforzarse en que nadie olvide tantísimos crímenes cometidos por el comunismo antes de 1936, durante la guerra civil y después de 1975 con los terroristas comunistas de ETA, el Grapo y el FRAP que, como Sánchez y sus socios, fueron los únicos que se opusieron a la Transición y a la democracia.

Cuánto ignoras, my friend

Alberto Pérez de Vargas


Por más que yanitos y especies allegadas se empeñen, el general Franco no es el profeta de todas sus cuitas.

Gibraltar desde Algeciras, en un grabado de J.C.Bentley.

Con Gibraltar sucede lo que con esas sociedades acerca de las cuales decir la verdad es aventurado; tanto es así que contar cualquier cosa sobre la razón de estar de la colonia suena a música celestial mecida por una tormenta de levante. En ocasiones, porque puede ser peligroso y generalmente porque son tantos los ecos remunerados, que las voces con conocimiento apenas si encuentran onda. Únese a ese oscuro entramado el revoloteo de una legión de aves que, como las pavanas, se mantienen en las proximidades de la nave y sobre sus surcos, a ver si pueden afanar algo de sus despojos. 

Los cimientos de la colonia fueron fraudulentos y el progreso de sus asentamientos, también. ¿Qué puede pues esperarse? Luego vino el progreso derivado de la tolerancia y el consentimiento de la potencia invasora, que abona así la cosecha de silencios de sus moradores sobre la verdadera naturaleza del territorio: una colonia militar. 

Propósitos y circunstancias azarosas, consecuencias de múltiples causas, han terminado por fraguar en lo que Gibraltar es: una base militar británica, utilizada de vez en cuando por la marina norteamericana, en donde una población de extracciones y etnias diversas se ha constituido en la tinta del calamar, en la cortina tras la que ocultar la razón de ser del terreno en el que vive.

Decía un viejo profesor mío que lo que le molestaba no era pasar desapercibido sino que le confundieran. En eso estamos mientras mareamos la perdiz y damos tiempo al dislate. 

Un reciente artículo aparecido en Europa Sur me ha devuelto a la actualidad el viejo concepto de ignorancia inducida; si bien, en este caso, la ignorancia parece más supina que inducida. Tranquiliza observar que esa ignorancia es manifiesta en su autor, doquiera que se refiera a Gibraltar. Pero me temo que no tiene arreglo. Porque es una ignorancia asumida como propia, como elemento vertebrador del discurso. Se adereza su decir con un salpicado de ñoñerías y una retahíla de recursos sensibleros, con la probable intención de inducir en el lector medio un sentimiento de acogida que evite el recurso a la razón y a la inteligencia. Porque, en definitiva, es un insulto a ambas cosas.

Veamos, la colonia no es un colectivo que sea dueño de su destino; de modo que hay que descartar de raíz, cualquier alusión a la democracia como sistema de gobierno. Los fundamentos de la democracia se apoyan en la soberanía popular, en la de quienes la asumen como sistema de convivencia. 

La población gibraltareña está sujeta a la suprema e indiscutible autoridad de un gobernador con poder para anular cualquier decisión de su parlamento. Lo hemos visto con el Brexit, una decisión tomada por el pueblo por aplastante mayoría, su permanencia en la Unión Europea, ha sido no ya ignorada sino invertida. 

Pero no se trata sólo de cuestiones de esta naturaleza, sino también de otras que serían poco más que nimiedades en cualquier país democrático del mundo. En Gibraltar, por ejemplo, no es posible expresarse favorablemente a un entendimiento con España. No es que los yanitos quieran ser británicos, es que no pueden querer no serlo. Londres, como es natural, no reconoce al Gobierno local personalidad jurídica internacional.

Trasladémonos con la imaginación a la primavera de 1968. En el mes de abril, el contencioso sobre la colonia entre el Reino Unido y España –conflictos bélicos descartados– estaba en todo su apogeo. Por más que yanitos y especies allegadas se empeñen, como buena parte de la izquierda española, en mantener al general Franco como profeta de todas sus cuitas, este señor no es, ni mucho menos, quien provocó el cierre de la Verja. 

El Gobierno de Londres estudiaba una falsa descolonización de Gibraltar, inspirándose en algo parecido a lo que es Puerto Rico respecto a Estados Unidos. Y había empezado la tarea utilizando una antigua asociación creada por Albert Risso, Joshua Hassan y unos pocos más, en 1942. La Asociación para el avance de los Derechos Civiles (AACR, en las iniciales en inglés) se creó en Gibraltar aprovechando el importante impasse que para la colonia supuso la implicación del Reino Unido en la Segunda Guerra Mundial.

En 1940 comenzó la evacuación forzosa del pueblo gibraltareño, que no se retrotraería por completo, en muchos casos, hasta pasada una década. Se calcula que ese año se trasladaron a Casablanca más de 13.000 gibraltareños. Sobre todo Londres y también Madeira y Jamaica fueron otros destinos, sumando alrededor de otros 10.000. En Gibraltar quedaron los ciudadanos ligados a servicios imprescindibles o a actividades militares o paramilitares, como fue el caso de los promotores de la AACR, que estaba destinada a constituir –gracias sobre todo a las habilidades del judío-marroquí Hassan– el núcleo nacionalista por excelencia de la colonia.

En Waterport Place, cerca de la zona portuaria, en una conocida rotonda, hay un monumento dedicado al recuerdo de The evacuation of gibraltarians, 1940-1951 con todos los ingredientes estéticos sobre la separación de las familias: niños desconcertados, señora lagrimeando y hombre con maleta en ristre consolando a los suyos. Bastaría con cambiar la plaquita de la base y poner Cierre de la Verja, 1969-1982 o alternar las placas según sea el turismo que acceda a la zona, para que desempeñara el papel ajustado a la escena de que se trate; obsérvese que los períodos se diferencian en un par de años.

No me sorprendería que algún avispado ignorante, de pago o por afición, de tantos como circulan por estos mundos, algún día culpe a Franco de esa evacuación. Pues si el general español se hubiera entendido mejor con los aliados, tal vez hubiera podido habilitarse el Campo de Gibraltar para la gran acogida. 

Pero, hete ahí que, ironías de la Historia, no estará muy lejos de esas cifras el número de pseudoresidentes yanitos en los términos municipales del Campo de Gibraltar a día de hoy. Y más allá, pues parece que Chiclana va adquiriendo notoriedad en las preferencias de los gerifaltes de Covent Place

El Ayuntamiento chiclanero es muy PSOE, de tronco y ramas, y progresa en infraestructuras al servicio de la causa yanita. Es tan grande el telar que apenas si queda sitio para los botones, cada vez más roncos, casi afónicos ya, del rigor y de la seriedad.

23 noviembre 2021

La buena educación

Alfonso Ussía


Hay intelectuales con una sola idea que terminan aprendiéndose la idea de memoria y la repiten cada vez que pueden, adornándola o adormeciéndola. Don Antonio era una olla a presión de conocimientos, vivencias, anécdotas y lecturas, y los conocimientos, vivencias, anécdotas y lecturas no entienden de disciplina.

Coincidí con don Antonio Escohotado unas pocas veces. Soy su admirador, pero no me atrevo a presumir de amistad. Es más, siempre lo traté de «usted» anteponiendo el «don» a su nombre. Me inspiraba un infinito respeto. 

No soy de tertulias organizadas a fecha fija. En el bar de «Mayte», en la plaza de la República Argentina, también conocida como de los Delfines, José Luis Coll organizaba una tertulia de pretendido humor, con actores y dibujantes. Nos pidió a Mingote y al arriba firmante que asistiéramos, y lo hicimos para no volver jamás. Las tertulias de humoristas son las más aburridas, de escritores las más pesadas y las de dibujantes y pintores las más vacías. 

Claro, que otra cosa era toparse de cuando en cuando con don Antonio Escohotado, que tampoco era partidario. Don Antonio era luminoso, preciso y valiente, pero poseía tanta sabiduría que en muchas ocasiones, al exponerla se trabucaba. Hay intelectuales con una sola idea, y claro está, terminan aprendiéndose la idea de memoria y la repiten cada vez que pueden, bien adornándola o adormeciéndola. 

Don Antonio era una olla a presión de conocimientos, vivencias, anécdotas y lecturas, y los conocimientos, vivencias, anécdotas y lecturas no entienden de disciplina. Se mezclaban, surtían de su boca, alegraban su mirada, se pisaban unos a otras y nos quedábamos alelados. 

Un ejemplo taurino. Le pidieron a Antonio Ordóñez, el gran maestro, que asistiera a una tienta en la que iba a torear un niño que iba para figura del toreo. Y llegó a serlo. El niño toreó a la vaquilla con muchísimo arte y gracia. Y Antonio Ordóñez le puso nota:

–Me ha gustado. No ha hecho nada feo.

Eso mismo lo tenía don Antonio.

–Me ha gustado. No ha dicho ninguna tontería.

Hablaba y hablaba con una brillantez modesta y devastadora, de una cosa y de la otra, y jamás se le escapaba una tontería. Por lo demás, era acogedor, amable, misericordioso y llevaba el señorío en sus venas. Lo dejó grabado en una conversación que ha transcrito El Debate: 

«Un país no es rico porque tenga diamantes o petróleo. Un país es rico porque tiene educación. Educación significa que, aunque puedas robar, no robas. Educación significa que tú vas paseando por la calle, la acera es estrecha, y tu te bajas y dices: 'Disculpe'. Educación es que, aunque vas a pagar la factura de una tienda o de un restaurante, dices 'gracias' cuando te la traen, das propina, y cuando te devuelven, lo último que te devuelven, vuelves a decir 'gracias'. Cuando un pueblo tiene eso, cuando un pueblo tiene educación, un pueblo es rico». 

Un genio bien educado es mucho más genial que un genio grosero. Ahí tienen el ejemplo de un autodidacta, que no hizo ni el bachillerato, y se convirtió en un triunfador en el teatro –con Miguel Mihura–, en el dibujo y el humor. Se llamaba Antonio de Lara, y su mote era «Tono». Agonizaba y fue a visitarlo su gran y jovencísimo amigo Antonio Mingote

«Tono» fue uno de los talentos más grandes de la «Generación Simpática del 27». José López-Rubio ofreció en Hollywood una cena a sus amigos españoles interesados por el cine. Edgar Neville, «Tono», Jardiel Poncela y algún otro. Entre los invitados destacaban Charles Chaplin, Buster Keaton y un señor con una melena grisácea desmedida, que habló y habló con «Tono» largo y tendido. El de la melena se llamaba Albert Einstein, que chapurreaba el español. Y López-Rubio le preguntó a «Tono»:

–¿De qué hablabas con Einstein, 
que estaba tan interesado?

Pues de nada en particular, Pepe. Le decía que todo en este mundo, es relativo.

Pues «Tono» se moría y Antonio Mingote le dio un último abrazo. La buena educación ante la muerte es un símbolo grandioso en el ser humano. Como lo ha mostrado don Antonio con la suya. Y «Tono» se despidió de Mingote con la más sublime educación:

–Perdona, Antoñito, que no te pueda acompañar hasta la puerta, porque esto de morirse es una lata.

Don Antonio, con independencia de su sabiduría, su libertad y su generosidad era uno de los españoles mejor educados de los entresiglos XX y XXI. Queda su obra publicada. Para leerla, hay que saber leer y ofrecerse a su inteligencia. Y seguirá, empolvada, en las esquinas de las librerías. Gracias por tanto y por todo, don Antonio.


Haz lo correcto

José de Cora


Ahora te digo qué es. 

Reniego de la corrección política como de la peste. Me harta, repugna y exaspera. Es más, si pudiera acabar con ella dándole un planchazo en la cabeza, lo haría.

Muchos de los que la practican ignoran su verdadero sentido y significado, cual es una operación de censura colectiva a beneficio del pensamiento único, el multiculturalismo y la madre que los parió.

Llevado a sus últimos extremos, lo políticamente correcto significa que todos los escritores, columnistas, tertulianos, filósofos, influencieros y comunicadores afines deberían defender lo mismo, callarse lo mismo y maquillar su visión de la sociedad con los mismos colores. Verbigracia, con uno que existiese íbamos sobrados.

Hay que hablar bien de la okupación y mal del chuletón. Mal de España y bien de sus trocitos. El bable es cojonudo y el castellano una birria.

La memoria histórica es uno de sus instrumentos más poderosos. Las cunetas y los paseos son patrimonio de la derecha; las sacas, los escuadrones del amanecer y los trenes de la muerte nunca existieron.

Acaban de meter en nómina a los antiabortistas. Como te pronuncies en contra te llevan a picar lava en La Palma. Todos abortistas, unidos en el afán. Abortistas y eutanásicos. Es decir, unas raciones de muerte como panes como solución vital. Pues menudo planazo.

Nos ahogan, o lo intentan, por todos lados. La censura es máxima cuando se trata de identificar la nacionalidad de los autores de los delitos. ¡Qué barbaridad! ¡Qué racismo!, dicen. Lo del lenguaje inclusivo es para nota. En todos los ámbitos se filtra como marabunta imparable la censura de lo correcto y hay amantes de la libertad que aplauden la dictadura como aquellos alemanes que saludaron a Hitler pensando que era su salvación.

Fundación Disenso - La batalla de las Ideas

Bienvenido Picazo


El penúltimo proyecto de Fernando Sánchez Dragó, tuvo su puesta de largo en el marco incomparable del Gran Café de Gijón de Madrid. 

Algo tan simple como una cena entre desconocidos unidos por el amor a la palabra y al pensamiento, algo así como reverdecer el olvidado ejercicio de la tertulia, sin más. Claro que el bueno de don Fernando, no nos reunió a los cuatro desnortados que allá nos fuimos y nos dejó solos ante el peligro, no, para evitar nuestra orfandad, nos trajo a Ramón Tamames, para entre los dos y la participación solidaria de los comensales, sacar adelante una velada de lo más fructífera.

Ya quedó claro desde el principio, que los sabios de la tribu llevados por la senectud y la experiencia (sabe más el diablo por viejo…), iban a tratar de seguir poniendo guijarros para terminar de arrumbar a la ideología, y empezar a sacar adelante la tan depauperada idea de la idea. 

Esta es la ambiciosa idea de esta batalla de Ideas: poner a la Idea en el frontispicio del debate y dejar a la ideología que se siga deshaciendo, entre sectarismos y su correspondiente coletilla de insoportables dogmatismos. Sus catódicas y millonarias cajas de resonancia, resultarían obscenas ante la intimidad y calor que la cripta del mítico café ofrecía, si no fuese porque tanto el ponente como el anfitrión, se vieron arropados por unas tres docenas de participantes que, en absoluto, desmerecieron la charla.

Las pertinentes cuestiones que se plantearon, dejaban bien a las claras el nivel de la audiencia. Y eso que la perorata de don Ramón, fluyó sin guion prefijado. Improvisación y brillantes cerros de Úbeda, fueron los invitados, que de rondón y en buena hora, se apalancaron entre las mesas.

Ramón Tamames, ochenta y ocho años lo contemplan, hizo gala de una agilidad mental y clarividencia impropias de un anciano, polemizó, argumentó, habló un castellano purísimo y, a ratos, hasta convenció. La grandeza de este pequeño proyecto, no es otra que poner en valor la escucha, la discusión argumentada y sin voces, ni las alharacas que todo lo desvirtúan y, cual tinta de calamar, ciegan a la masa consumista.

Elvira Roca Barea, José Luis Garci, Esperanza Aguirre o Pedro Baños, ya están en capilla, esperando hacer el paseíllo que les volverá a dar lustre. Aunque dudo mucho que este insigne elenco necesite de las martingalas del neón del candelabro de la actualidad. Todos los mentados, hace rato, cumplieron con su dosis de vanidad, lo cual hace que estos encuentros adquieran el regusto que da la, cuasi, clandestinidad.

Ciertamente resulta un ejercicio la mar de placentero, escuchar, sobre todo a quien no piensa igual que nosotros, mas se toma la molestia de argumentar, tratando a los clásicos de tú y respetando al heterogéneo auditorio. Lo bueno de la iniciativa de Sánchez Dragó es que, como es marca de la casa, no deja indiferente a nadie, pero en el fondo, todo el mundo, o mucha gente, gracias a su intercesión, hace acopio de nuevas capacidades y nuevas formas de entender el mundo.

La Fundación DISENSO, es otro tentáculo más de VOX y, da toda la sensación de que se va a quedar entre nosotros, para mal de unos cuantos malvados, analfabetos y vividores, algún tiempo más.

Eso de que un movimiento político dé cancha al pensamiento, así como suena: pensamiento, no deja de resultar, cuando menos, sospechoso. Bienvenidas sean estas iniciativas, por estrambóticas que puedan resultar. Pero ya les adelanto en exclusiva, que son cualquier cosa, menos estrambóticas.

Mis parabienes a don Fernando y a la Fundación DISENSO; y a don Ramón Tamames, que tan brillantemente abrió el brillante cartel, de la luminosa feria que se ha anunciado.

Vivir y comulgar en gracia

P. Santiago Martín FM


Los obispos de Estados Unidos, casi por unanimidad -222 votos a favor, 8 en contra y cuatro abstenciones- han aprobado el esperado documento sobre la Eucaristía. 

La decisión de abordar este tema se tomó, sobre todo, por la polémica suscitada por la comunión de políticos del Partido Demócrata que eran abiertamente favorables al aborto. 

Entre ellos, pero no sólo, el mismísimo presidente del país, Joe Biden. Aunque la mayoría del Episcopado siempre estuvo a favor de aclarar las cosas, eran muchos los que pedían que se dejara su resolución a la iniciativa de los obispos individuales. Ahora, por fin, se ha publicado el documento y el resultado de la votación ha sido sorprendente, con la práctica totalidad de los obispos a favor del mismo.

Este resultado nos dice, ya para empezar, que se trata de un documento de consenso. Si un número importante, aunque minoritario, estaba en contra de que se hablara de las condiciones para recibir la comunión y ahora prácticamente todos han aprobado el texto, eso significa que también todos han tenido que ceder algo en sus posturas. 

Los documentos de consenso quizá no satisfagan plenamente a nadie, pero tienen el valor de mostrar la unidad de la jerarquía católica ante los fieles. Lo importante, a la hora de valorarlos, es ver si se dice lo suficiente, aunque no se diga todo. Además, teniendo en cuenta que, al final, hubiera sido cada obispo el que tomara las decisiones en su diócesis, la práctica unanimidad conseguida les obliga a todos.

¿Refleja el documento de los obispos norteamericanos lo esencial sobre la recepción de la Eucaristía? Creo que sí y en abundancia. Se insiste en tres puntos esenciales: la presencia real del Señor en la misma, la necesidad de que se esté en gracia de Dios para recibirla porque de lo contrario se comete un sacrilegio, y la obligación que tienen los políticos de estar en comunión con la enseñanza de la Iglesia -no sólo en el tema del aborto, pero también en eso- para poder recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo. La exigencia de que se comulgue en gracia va en contra, además, de la afirmación de que la comunión no debe ser algo que se ofrece sólo a unos pocos privilegiados.

 Quien así opina parece creer que estar en gracia es algo accesible sólo a una élite de exquisitos y que, por lo tanto, se puede comulgar en pecado mortal. Afortunadamente los obispos de Estados Unidos no han tomado en cuenta esto y han insistido en que el que comulga en pecado comete un sacrilegio.

¿Harán caso los políticos pro abortistas y dejarán de comulgar tras estas advertencias que les señalan directamente sin nombrarlos? No lo creo, porque por desgracia comulgar se ha convertido en una cuestión política, como dejó claro el presidente Biden cuando, tras su larga entrevista con el Papa, dijo que éste le había dicho que era un “buen católico” y que podía comulgar; en el caso de que se lo hubiera dicho, era su deber no revelar el contenido de una conversación privada y, si habló de ello, fue, precisamente, por motivos políticos.

Pero hay otro asunto ligado a esto que los obispos de Estados Unidos deben afrontar cuanto antes, porque es urgente. En la inmensa mayoría de las parroquias de ese país el servicio de confesiones a los fieles se reduce a una hora los sábados por la tarde; en Cuaresma varios sacerdotes se unen para ir por las parroquias un día determinado a confesar a los fieles, pero el resto del año sólo hay esa mínima posibilidad de acceder a la confesión. 

Sin embargo, la práctica totalidad de los que van a misa, comulga cada domingo. O bien son santos, o bien muchos de ellos está comulgando en pecado mortal. Es imprescindible, por lo tanto, formar mejor la conciencia de los fieles sobre lo que es bueno y lo que es malo y que el acceso a la confesión no sea un obstáculo casi insuperable. Los sacerdotes norteamericanos tienen que ponerse más horas en el confesionario y los fieles tienen que tomar conciencia de que no pueden comulgar como una rutina, sino que deben hacerlo sólo si están en gracia de Dios. 

Vivir en gracia y, como consecuencia, comulgar en gracia debe ser el objetivo de todo católico. Pero para eso es necesario acudir a los sacramentos, especialmente al de la confesión. Sin más posibilidades de confesarse, un documento como el que han aprobado los obispos norteamericanos se puede quedar en retórica, en palabras que no conducen a ninguna parte.

22 noviembre 2021

Ganar la batalla, perder la guerra

Jesús Cacho


El jefe del Partido Comunista y secretario de Estado para la Agenda 2030 del Gobierno Sánchez, Enrique Santiago, pedía el viernes muy alarmado a los trabajadores del metal de Cádiz que no se manifiesten, que no salgan a la calle, que se quedan en casa, por favor, que Gobierna la izquierda, diantre, y dónde se ha visto que un obrero como Marx manda se rebele contra un Gobierno de izquierda, y no un Gobierno de izquierda cualquiera, no, sino un Gobierno social comunista, el único Gobierno de UE con comunistas dentro, de modo que un obrero con conciencia de clase está obligado a cruzarse de brazos y aceptar su suerte, los del Metal de Cádiz y los de esos sectores que han anunciado manifestaciones en los próximos días y semanas para denunciar su precariedad laboral y económica, que se aguanten, coño, que sí, que sabemos que les sobran razones, pero manifestarse cuando gobierna la izquierda es de obreros fachas dispuestos a desgastar a Sánchez y su banda y a servir de coartada a la derecha.

Un discurso que por manido suena tópico, pero que en boca de un miembro de este Gobierno resulta de una obscenidad inusual y viene a demostrar que esta gente no solo ha perdido el juicio sino también la vergüenza. Esto no da más de sí. Los costes de producción no dejan de aumentar, la inflación rebrota con fuerza y el crecimiento se torna raquítico cuando cabía esperar un auténtico boom a tenor del retroceso ocasionado por la pandemia. 

Y al Gobierno Sánchez ya no le basta con tener a los sindicatos mayoritarios enchufados a la teta del Presupuesto y con mando en plaza. Ni CCOO ni UGT parecen dique suficiente para frenar la marea de indignación que sube calle arriba. Esto, en efecto, no da más de sí. El precio de la luz, el coste de los carburantes, la inflación, el paro… 

A los trabajadores del metal se unen los transportistas, que han anunciado paros para esta Navidad que podrían llegar a bloquear el país; también los agricultores y ganaderos, castigados por una subida de sus inputs que convierte en ruinosos campos y granjas, por no hablar de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado dispuestos a salir a la calle para protestar contra una reforma de la llamada "ley Mordaza" de inconfundible sabor izquierdista, que dejaría a los agentes indefensos ante los bárbaros habituales prestos a hacer mangas y capirotes con la ley y el orden.

Muchos de los sectores económicos no expuestos al férreo control de los liberados sindicales, en buena parte sometidos a una tensión insospechada tras la dureza de la pandemia y en muchos casos abocados a la quiebra, tienen motivos más que sobrados para la protesta. Casi todos enfrentados a un horizonte incierto. Hartos de un Gobierno tan sectario como ineficiente, cuya regla de oro consiste en tirar del gasto público para tratar de solucionar todos los problemas. 

Pero no hay alpiste para tanto gorrión. El consenso de los economistas sostiene que el crecimiento del PIB para el año en curso no irá más allá del 4,5%, muy lejos del 6,5% previsto en los PGE, un abismo de dos puntos que tendrá su traducción en los ingresos fiscales y naturalmente en el déficit, en el enorme agujero que está engendrando este Gobierno manirroto. 

En consecuencia, la deuda pública no deja de crecer, y todo lo fía Sánchez a unos dineros que la UE ha prometido regalarle y que no acaban de llegar, unos dineros gratis total sobre los que sigue reinando el mayor secretismo y que, de llegar, lo harán con cuentagotas y en cuantía inferior a la prometida, porque están sujetos a una condicionalidad que este Gobierno arrastrado no es capaz de cumplir por incuria, por desconocimiento de la materia o por simple sectarismo ideológico.

Una situación que empieza a ser desesperada. De hecho, gente importante hay en el mundo de la empresa que empieza a sugerir estos días que España ya está atrapada en alguna suerte de intervención por las autoridades de Bruselas, que España ya está de facto intervenida, juicio que basan en la tardanza en llegar de esos fondos y de los compromisos contraídos por el Ejecutivo con la Comisión, cuya expresa literalidad, más allá de lo conocido esta semana, el Gobierno se niega a hacer pública. 

Las esperanzas que el aventurero que nos gobierna tenía puestas en esos dineros caídos para apuntalar su poder, se van disipando. Esto, conviene reiterarlo, no parece dar más de sí.

Es en estas circunstancias cuando lo que está ocurriendo en el PP cobra todo su dramatismo, toda su trascendencia. Porque, cierto, sabemos que este es el peor Gobierno de la democracia, peor incluso que el del Zapatero y no digamos ya el del inane Rajoy. Sabemos que la etapa Sánchez tendrá un alto coste en términos de calidad democrática y de deterioro económico, pero esa herida podría y debería ser asumible si en el horizonte temporal la ciudadanía contara con la referencia de una alternativa clara, un liderazgo de centro derecha liberal capaz de alimentar la esperanza de un cambio de rumbo a plazo fijo, capaz, llegado el momento y tras las correspondientes generales, de arreglar los entuertos dejados por este salteador de caminos y proponer al país una serie de cambios en profundidad capaces de enterrar de una vez el pasado y embarcar a España en la carrera por el futuro.

Esa esperanza se ve hoy cortocircuitada por la brutal pelea de egos que está teniendo lugar en el PP, por el choque de protagonismos que enfrenta a la sede de Génova con la Puerta del Sol, una refriega imperdonable por estulta e injustificada. La incredulidad por lo que está ocurriendo alcanza visos de desesperación entre los náufragos de la España liberal, al punto de que será difícil encontrar un solo votante del PP que no se muestre escandalizado ante lo que los medios relatan todos los días. 

Porque la situación no puede ser más crítica. Esta misma semana, el Gobierno social comunista se ha encargado de recordarnos su verdadera condición al sacar a relucir la Ley de Amnistía de 1977 y los crímenes del franquismo, para tratar de acallar el rumor creciente de las protestas de quienes no pueden más y marchan calle arriba dispuestos a salvar del naufragio su medio de vida y el de sus familias. Alguien ha escrito que Sánchez ha vuelto a echar mano del "comodín del 36" para infundir miedo.

El conflicto no solo desacredita al PP como eventual alternativa al PSOE, es que refuerza al Gobierno Sánchez, da aire a quien se está ahogando, abre una ventana de oportunidad al callejón sin salida en que él solito decidió encerrarse el día que optó por uncir el yugo que los enemigos de la nación de ciudadanos libres e iguales le ofrecieron. Es Casado y su gente quien regala a Sánchez el argumento del "yo seré malo, pero el que aspira a sucederme es peor"

Y, en efecto, ¿cómo confiar en que la actual cúpula de Génova pueda ser la solución al drama, inmersa como está desde hace semanas en una batalla sin cuartel con los cuchillos cachicuernos de los celos más enfermizos? Diversos grupos económicos han remitido estos días a Casado un mensaje claro: "Pablo, arréglanos de una vez lo de Madrid, porque esa pelea no solo te hace daño a ti y a tu partido, sino al país entero, hipotecando un futuro que no tienes derecho a poner en peligro". 

El palentino, sin embargo, sigue aparentemente preso de los compromisos contraídos con su "consejero delegado", aun a riesgo de que el Consejo de Administración de España S.A, decida un día no lejano mandar a ambos a la calle con una patada en el culo.

Y no se trata de imponer el principio de autoridad, tampoco de saber quién tiene o no razón, cuestión que debería dilucidarse a posteriori; se trata de que hay asuntos de tanta trascendencia para el futuro de España que perderse en los vericuetos de una pelea de gallos más que un error es un crimen. 

Lo dijimos aquí semanas atrás y lo volvemos a repetir con el máximo respeto y en la determinación de no volver a insistir (una y no más, Santo Tomás): Pablo, desde el afecto personal, desde el respeto que merece tu dedicación, tu bonhomía y tu capacidad de trabajo, debes poner fin a este dislate y cambiar el rumbo hacia el único norte que hoy importa a la España liberal: el de cuadrar un proyecto ganador capaz de devolver la esperanza a millones de españoles. No empeñes tu futuro en esta absurda escaramuza. Porque, si al final logras "matar" a Ayuso, ganarás una batalla pero seguramente perderás la guerra.


Los católicos y las ideologías

Jorge Burgos


Todo poder viene Dios y el cristianismo no es una ideología.

Conservadores, liberales, progresistas… Nos definimos por doquier ante el miedo de ser exiliados a la tierra de la irrelevancia ideológica. Es lo que tiene vivir en un mundo tan polarizado contaminado de un frentismo existencial. 

No somos conscientes de que cegados por unos prototipos políticos alejados de la fraternidad estamos avocados a caer por el precipicio de las intolerancias.

“No es posible tener como pareja a alguien que piense distinto a ti”, soslayaba un opinador twittero en la nube. Ese mensaje, aparentemente lleno de inocencia, representa muy bien el modo de pensar de una parte de la ciudadanía: El convencimiento de que uno solo puede juntarse con aquellas personas que piensan como él. Craso error. 

Levantando muros invisibles estamos convirtiendo a nuestro amigo en rival, y aunque parezca una hipérbole, lo que escribo ocurre en Cataluña desde que los secesionistas emprendieron la batalla por la independencia. Existen familias rotas por el procés, o allegados que no pueden hablar entre ellos de política por el miedo a que una palabra de más desemboque en un cataclismo que confluya en un cisma carnal.

Esta división existencial entre buenos y malos en el mundo relativista tiene como origen los intereses de la plutocracia en deshumanizar la realidad alineando a la ciudadanía para que esta sea más vulnerable ante la ola capitalista que nos asola. Un conglomerado empresarial que a su vez utiliza a los estratos sociales más sectarios con el fin de dividir a la ciudadanía con un conjunto de causas perdidas que ahora quieren ganar. 

Un enfrentamiento y una espiral de intolerancia que también ha absorbido a aquellos que deberían velar por lo contrario. Hablo de los católicos que pese a la condena de algunos pontífices como Gregorio XVI en su encíclica Mirari vos, publicada en 1832, al liberalismo o la repulsa de Pío XI al comunismo en su documento Divini redemptoris de 1937, se empeñan en enrolarse en algún marco mental independizándose del resto de los mortales que observan la realidad de una manera distinta a la suya. 

Me entristece escuchar a católicos cómo insultan a quienes piensan diferente, actuando con una especie de superioridad moral en lugar de obrar de manera pedagógica o abrazando a aquellos con una ideología distinta a la suya.

Precisamente el problema -tal y como destacaron los documentos papales a lo largo de la historia- las ideologías están fundamentadas en una conducta pecaminosa por el mero hecho de que, en lugar de fraternizar, excluyen a todos aquellos que discrepan en ciertas tesis. 

Todo lo que divide proviene del mal, por eso quizá el término ‘diablo’ etimológicamente significa “el que divide”. Por el contrario, todo lo que viene de Dios tiende puentes y no muros. Tenemos un problema de tolerancia en este mundo nuestro y los católicos no podemos dejarnos llevar por la oscuridad del sectarismo, sino más bien, debemos ser la luz del mundo, la sal que dé sabor a la tristeza de este mundo.

¿Acaso no nos acordamos de lo que hizo Jesús con aquella samaritana?

El elefante verde a la derecha del PP

Marcel Gascón Barberá


Casado nos ha fallado, vale, pero en la vitrina de al lado se expone una mercancía que aspira a llenar el hueco que ha dejado la deserción del PP.

Gracias a los buenos oficios publicitarios de la tuitera Ferrepelente, el otro día vi por fin un vídeo entero de Un Tío Blanco Hetero. Con más de 380.000 suscriptores, UTBH es uno de los youtubers españoles anti-woke de más éxito. Aunque el estilo frenético –propio del gremio, supongo– me resultó algo cargante, casi todo lo que dijo me pareció de sentido común, y animo a los lectores a seguirle.

Una de las cosas que hizo en el vídeo fue criticar al PP por su propuesta de prohibir el anonimato en Twitter. UTBH, que empezó sin revelar su nombre pero ya no es exactamente anónimo, recurrió a su propio caso para explicar los beneficios de opinar enmascarado.

En nuestra sociedad vigilada por la policía progre, la toma de posición más inocente puede costarte el trabajo, los amigos y una ejecución social que antes sólo sufrían los peores criminales. Prohibir el anonimato, vino a decir el youtuber, no sólo es un atentado en abstracto a la libertad de expresión. También servirá de parapeto al poder para evitar las denuncias y críticas de una parte de la población que, por temperamento o circunstancias, no se permite expresar a cara descubierta opiniones prohibidas.

"Un minuto de silencio por la ilusión de todos los que creían que el PP tenía aspiraciones de convertirse en un partido liberal", dijo UTHB sobre la actitud del principal partido de la oposición, al que acusó de hacer prácticamente lo mismo que hicieron el PSOE y Podemos cuando declararon la guerra a los memes y los bots al principio de la pandemia. 

"Que el PP no entienda esto y quiera seguir por la misma vía que Sánchez y Podemos", concluyó el youtuber, "evidenciaría un poco que estamos en este aspecto en un caso de distinto collar pero mismo perro, que a fin de cuentas me podrían parecer unas píldoras de realidad para hacer ver que la salvación de este país no está en la mano de los políticos, está en la mano de todos y cada uno de vosotros".

El razonamiento no es necesariamente errado, pero ¿no les parece que falta algo? Lo lógico después de descartar al PP como alternativa a PSOE y Podemos sería ocuparse de Vox. Casado nos ha fallado, vale, pero en la vitrina de al lado se expone una mercancía que aspira a llenar el hueco que ha dejado la deserción del PP.

Es perfectamente comprensible que a alguien no le convenza lo que ofrece Vox, pero resulta raro entre quienes predican el pensamiento libre que ni siquiera se contemplen sus planteamientos, sobre todo cuando se han construido para responder al hecho luctuoso por el que pedía un minuto de silencio el youtuber.

He elegido el ejemplo de UTBH en este vídeo porque fue el que me inspiró la reflexión que acabo de escribir, pero el reproche podría hacerse a multitud de miembros muchos más ilustres del commentariat patrio. Me refiero a todos aquellos que, normalmente citando a autores de fuera, alzan la voz contra el islamo-fascismo, la guerra de sexos o la locura de la autodeterminación de géneros y al mismo tiempo actúan como si aún no hubiera una opción política en España consciente de esos males y dispuesta a combatirlos.

Según la Wikipedia, la locución en inglés the elephant in the room, el elefante en la habitación, es "una expresión metafórica que se refiere a un asunto" polémico de gran importancia que nadie quiere abordar por miedo al estigma personal, social y político que acarrearía hacerlo. 

Vox es, en este sentido, el elefante verde a la derecha del PP: es el único partido en España que plantea una respuesta a nuestros problemas de más importancia, pero algunos de nuestros mejores intelectuales y columnistas lo excluyen por sistema del abanico de opciones disponibles y prefieren hacer como si no existiera.

El obispo Fulton Sheen describió las trampas que usará el Anticristo para engañarnos y cómo evitarlo

Carmelo López-Arias


El inquietante Harvey Stephens, en «La Profecía [The Omen]», de Richard Donner (1976), una de las pocas aproximaciones cinematográficas a la figura del Anticristo. 

HEMEROTECA Un discurso de hace setenta años con tintes hoy proféticos.

Consta en las Sagradas Escrituras que la presencia del Anticristo será una de las señales precursoras del fin del mundo. Así lo interpretan, al menos, los Padres de la Iglesia y la mayor parte de los teólogos, considerándole señalado por San Juan como "el mentiroso, el que niega que Jesús es el Cristo, el que niega al Padre y al Hijo" (1 Jn 2, 22) y por San Pablo como "el hombre del pecado, el hijo de la perdición, el Adversario que se eleva sobre todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el Santuario de Dios y proclamar que él mismo es Dios" (2 Tes, 3-4).

En su estudio de la cuestión, el jesuita Francisco Suárez (1548-1617) afirma como próximo a la fe que será una persona, y no, como en ocasiones se ha interpretado, un movimiento o una ideología: "El Anticristo no sólo será verdadero hombre, sino también verdadera persona humana, persona propia y connatural a la humanidad; así que no será la persona de un demonio encarnada".

Apariencia de santón humanitario, incluso cristiano

¿Cómo reconocerlo e identificarlo? Hay toda una tradición literaria católica, que va desde Señor del Mundo de Robert Hugh Benson a El Padre Elías de Michael D. O'Brien, que lo dibuja como un ser de apariencia nada acorde con su terrible designio: al contrario, como una persona que atraerá precisamente por su apariencia benéfica y su capacidad de halago a las tendencias tanto más amables cuanto más disolventes de la cultura en la que nazca.

Ésa es también la visión del obispo Fulton J. Sheen (1895-1979), quien hizo un inquietante retrato del Anticristo en un sermón radiofónico del 26 de enero de 1947:

Pincha aquí para leer la alocución del obispo Sheen en la versión extendida (por eso no se corresponde exactamente con la escuchada) que fue publicada después.

"El Anticristo no se llamará así, de otra forma no tendría seguidores", advertía el obispo Sheen: "No llevará vestiduras rojas, no vomitará azufre, no llevará tridente". En aquel momento Sheen era solo un sacerdote que deslumbraba en la radio y en la naciente televisión con sus predicaciones y ya había escrito varios libros. Destacaba por su anticomunismo, al que consagraría en 1948 su obra El comunismo y la conciencia occidental, pero no sería hasta 1951 que fue nombrado obispo auxiliar de Nueva York, y en 1966 obispo de la diócesis neoyorquina de Rochester.

El gran objetivo del Anticristo, explicaba Sheen, será, como el del demonio, parecerse a Dios: "¿Cómo conseguirá entonces seguidores para su religión?".

Y desgranó estas características:

"-Se disfrazará como el Gran Humanitario: hablará de la paz, de la prosperidad y de la abundancia no como medios para llevarnos a Dios, sino como fines en sí mismos.

»-Escribirá libros sobre la nueva idea de Dios para acomodarlas a como vive la gente.

»-Divulgará la fe en la astrología para que sean las estrellas, y no la voluntad, las responsables de nuestros pecados.

»-Justificará la culpa como sexo reprimido, hará que los hombres se avergüencen de no ser considerados abiertos de mente y progresistas por sus compañeros.

»-Identificará la tolerancia con la indiferencia entre el bien y el mal.

»-Fomentará el divorcio bajo de que es “necesario” que haya una tercera persona.

»-Hará que crezca el amor por el amor y decrezca el amor por las personas.

»-Invocará la religión para destruir la religión.

»-Incluso hablará de Cristo y dirá que es el mayor hombre que jamás haya vivido.

»-Dirá que su misión es liberar a los hombres de las servidumbres de la superstición y el fascismo, a los que nunca definirá.

»-En medio de todo su aparente amor por la humanidad y su fácil verborrea sobre la libertad y la igualdad, guardará un secreto que no dirá a nadie: él no creerá en Dios. Y como su religión será la hermandad sin la paternidad de Dios, embaucará incluso a los elegidos.

»-Fundará una anti-Iglesia, que será una imitación de la Iglesia porque el demonio es el mono de Dios. Será el cuerpo místico del Anticristo, que en todo lo exterior se parecerá a la Iglesia como cuerpo místico de Cristo. En su búsqueda desesperada de Dios, inducirá al hombre moderno, en su soledad y frustración, a comprometerse cada vez más en su comunidad, que dará al hombre una visión más amplia de las cosas sin necesidad alguna de conversión personal y sin admitir la culpa individual. Son días en los que el demonio se le soltará particularmente la cuerda".


Pese a estos preocupantes signos, "los cristianos deben comprender que un momento de crisis no es un momento de desesperación, sino una oportunidad", y que tras la Crucifixión viene la Resurrección.

Para no figurar entre los engañados

Y proponía un plan de vida para estar preparados ante los engaños del Anticristo:

-Colgar un crucifijo en casa "para recordar que tenemos una cruz que llevar".

-Rezar cada noche el rosario en familia.

-Ir diariamente a misa.

-Hacer a diario la Hora Santa ante el Santísimo, "especialmente en parroquias cuyos párrocos son conscientes de las necesidades del mundo y llevan a cabo actos de reparación".

-Rezar a San Miguel Arcángel, recordándole que ya venció una vez el orgullo de Lucifer.

-Rezar a la Santísima Virgen, "porque le ha sido dado el poder de aplastar la cabeza de la serpiente".

-"Conservar el estado de gracia quienes tengan fe, y quienes no la tengan que empiecen a buscarla, porque en los tiempos que vienen solo habrá una forma de que las rodillas dejen de temblar, y será caer sobre ellas y rezar".


Publicado en ReL el 4 de noviembre de 2017.