02 noviembre 2021

Tres buenas noticias

P. Santiago Martín FM


No faltan motivos de preocupación, en la Iglesia y en el mundo, pero esta semana quiero fijarme en dos cosas que han ido bien y en una tercera que la Iglesia ha hecho bien, aunque le esté creando problemas.

La primera ha sido la derrota en el parlamento italiano de la ley que obligaba, entre otras cosas, al adoctrinamiento en la ideología de género en los colegios y que consideraba delincuentes a los que se opusieran a la misma. 

La llamada “Ley Zan”, por el hombre de su autor, ha sido derrotada en el Senado italiano. Cabe recordar que el Vaticano se empleó a fondo contra esta ley, llegando a advertir que su aprobación violaría el Concordato entre Italia y la Santa Sede. Aunque todo parecía indicar que la ley sería aprobada, al llevarse a cabo la votación de manera anónima, no consiguió los votos necesarios.

La segunda buena noticia viene de Argentina. Hace unos meses, en la diócesis de Venado Tuerto, Cáritas, se supone que, con permiso del obispo, publicó una oración blasfema que comparaba a la Santísima Virgen María con la pacha mama. Ante las protestas sólo se les ocurrió decir que lo habían hecho para estar en sintonía con el Papa Francisco, con lo cual atribuían al Pontífice la autoría indirecta de la felonía. 

Escribí entonces contra esta abominación y me gané más de un insulto por ello. Pues bien, esta semana se le ha aceptado la renuncia al obispo de esa diócesis tan solo cinco días después de haberla presentado. Me hubiera gustado que le hubieran destituido de forma inmediata, pero ya es algo que no le hayan dejado seguir en el cargo en cuanto ha cumplido la edad de jubilación. 

Dios quiera que sirva como lección a los aduladores que, pretendiendo ganarse los favores de su señor, terminan por hacer daño al que pretenden honrar. También debe servir como advertencia de que a la Virgen no se la toca, pues somos muchos los que estamos dispuestos a dar la vida, si es necesario, para defenderla. Esta Madre tiene hijos y eso deben saberlo los que con tanta facilidad la insultan.

La tercera noticia viene de Bolivia. Una niña de once años está embarazada como fruto de una violación por un familiar. Los padres de la menor y la propia niña han decidido no abortar, a pesar de la enorme presión para que lo haga. La Iglesia apoya a la familia y defiende que nadie puede ser obligado a abortar, como pretende el Gobierno. 

Los ataques a la Iglesia están siendo feroces e incluso la “defensora del pueblo” ha anunciado una querella simplemente por el apoyo que la Iglesia da a la niña y a sus padres para que pueda llevar hasta el final su embarazo, como es su deseo. Es todo absurdo: la niña violada quiere tener a su hijo, el Gobierno quiere que lo mate y la Iglesia es presentada como culpable por dar a la víctima de la violación el apoyo que necesita. 

Los ataques e insultos no se dirigen contra el violador, sino contra la organización que quiere ayudar a la niña violada y que se ha ofrecido incluso a hacerse cargo de la criatura, que es tan inocente como la madre. El odio de los abortistas a la vida y a los que la defienden llega a la paranoia y se demuestra en un caso como éste. La Iglesia en Bolivia está actuando muy bien y merece todo nuestro apoyo. Recemos por ellos, especialmente por la niña y por su hijo.

Y puestos a pedir oraciones, hago mío el deseo de los católicos cubanos para que vuelva la libertad a su pueblo. La presencia de un numeroso grupo que se manifestó lo más cerca del Vaticano que le permitieron llegar, ha servido para que el mundo sepa que la sangrienta dictadura cubana sigue existiendo y que son muchos los que, movidos por la fe, están luchando contra ella. Cuba tiene católicos que no se rinden y Nicaragua y Venezuela tienen, además, obispos que no están dispuestos a callar ante la dictadura. Unos y otros son un orgullo para la Iglesia. Recemos por ellos.